La Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX) ha rechazado el proyecto de ley para reducir la jornada laboral, al considerar que ignora las particularidades del sector hortofrutícola y se ha planteado sin tener en cuenta la negociación colectiva.
FEPEX alerta de que la medida, tal y como se ha planteado, provocará un incremento de costes en un sector en el que la mano de obra puede representar hasta el 45% del total de los costes de producción. Esta situación, advierten, reducirá la competitividad de las explotaciones hortofrutícolas y tendrá un impacto directo sobre el empleo.
Al aumento de costes derivado de la reducción de jornada se suman las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que desde 2018 han supuesto un incremento acumulado superior al 54%. Esta evolución, combinada con la subida del resto de inputs productivos y la imposibilidad de trasladar esos costes a los precios de venta, ha situado a muchas explotaciones en una situación económica límite. FEPEX recuerda además que el sector compite con países extracomunitarios cuyos costes laborales son significativamente inferiores.
Desde la federación se insiste en que esta reforma evidencia un desconocimiento de la realidad del sector hortofrutícola, caracterizado por cultivos intensivos y una alta demanda de mano de obra. A esto se añade la dualidad estructural del sector, compuesto por un gran número de pequeñas explotaciones y por un grupo de medianas y grandes empresas orientadas al mercado exterior, que concentran el empleo por cuenta ajena.
Se trata, además, de un sector con un empleo estacional, cíclico e intermitente, en el que muchas tareas requieren una respuesta inmediata y una fuerte presencia de mano de obra temporal. Por ello, FEPEX ha trasladado a la administración diversas propuestas específicas, como una regulación más flexible en la distribución irregular de la jornada o el aumento del límite legal de horas extraordinarias, como ya aplican otros países europeos competidores.
FEPEX también ha mostrado su rechazo a los argumentos recogidos en la memoria de impacto del proyecto legislativo, donde se señala que el sector agrario tiene capacidad para asumir la reducción de jornada. Como ejemplo, apuntan que, según datos del propio Ministerio de Trabajo, entre 2019 y 2024 el empleo en la economía general creció un 14%, mientras que en las empresas agrícolas de 1 a 9 trabajadores cayó un 7,3%.
La federación se ha sumado al llamamiento de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) para que los partidos políticos reconsideren esta reforma y apuesten por una negociación sectorial. También han pedido mayor conciencia pública sobre el impacto que una reforma por vía legal podría tener en la sostenibilidad de muchas explotaciones agrícolas.
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