La campaña de soja estadounidense comenzó en septiembre sin pedidos desde China, su principal comprador. El Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA) estima la cosecha en 117 M t, pero no hay señales de cuándo se reanudarán los envíos hacia el gigante asiático. En un año normal, China compra más de la mitad de las exportaciones de soja de EE. UU., pero en 2025 Brasil ha cubierto gran parte de esa demanda con envíos récord.
En 2024, EE. UU. exportó 26,8 M t de soja a China, un 51 % del total. Sin embargo, entre enero y agosto de 2025 las exportaciones cayeron a 5,9 M t, apenas un 29 % de las ventas externas del período, con envíos prácticamente nulos durante el verano, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Purdue
Impacto de los aranceles y presión sobre el almacenamiento
China ha aplicado este año un arancel de represalia del 20 % a la soja de EE. UU., que, sumado a los impuestos al valor agregado y a la nación más favorecida, eleva la tasa global al 34 %. Aunque esta cifra es inferior al 39 % registrado en 2018 durante la guerra comercial, mantiene a la soja estadounidense menos competitiva frente a la sudamericana.
Los agricultores estadounidenses enfrentan además problemas de almacenamiento, ya que se proyecta una cosecha récord de maíz superior a 430 M t, lo que podría saturar la capacidad de tolvas y silos en el Medio Oeste. Esta situación aumenta la presión para buscar salidas comerciales rápidas y podría generar una caída adicional en los precios internos.
Brasil desplaza a EE. UU. en el mercado chino
Mientras tanto, Brasil exportó 67,3 M t de soja a China entre enero y agosto de 2025, lo que representa el 76 % de sus ventas externas. Solo en agosto, los envíos alcanzaron 7,9 M t, un 85 % de las exportaciones totales del mes.
La producción brasileña ha crecido un 40 % desde 2018, pasando de 122,5 M t a 171,5 M t en 2025, según la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab). Esta expansión ha permitido sostener la elevada demanda china, que alcanzó un récord de 12,3 M t en agosto, sin ninguna compra procedente de EE. UU. Entre mayo y agosto, las importaciones chinas sumaron 50 M t, de las cuales el 90 % fueron de Brasil.
Un cambio estructural en el comercio mundial de soja
China concentra cerca del 60 % de las importaciones globales de soja. En 2024, compró el 23 % de la producción de EE. UU. y el 48 % de la de Brasil. De 2011 a 2017, EE. UU. destinaba en promedio un 60 % de sus exportaciones a China, pero desde la guerra comercial esa cuota ha caído al 47 %. En el mismo período, Brasil ha mantenido un nivel cercano al 74 %.
En 2024, las exportaciones totales de soja de EE. UU. alcanzaron 52,5 M t, frente a los más de 93 M t de Brasil. La tendencia refuerza la interdependencia entre Brasil y China, que hoy domina el comercio mundial de la oleaginosa.
Consecuencias de un acuerdo fallido
Si no se alcanza un acuerdo comercial este otoño, los agricultores estadounidenses que dependen de China sufrirán un fuerte impacto económico. El aumento de costes de fertilizantes, productos químicos y semillas, sumado a la caída de precios, ya está reduciendo la rentabilidad. Muchos productores podrían verse obligados a almacenar la cosecha en lugar de venderla, afectando a toda la cadena logística.
Brasil y otros países sudamericanos, como Argentina, Paraguay y Bolivia, podrían aprovechar la coyuntura para ampliar su superficie de soja en la campaña 2025/26. En particular, Argentina ha anunciado la eliminación temporal de las retenciones a la exportación de granos hasta el 31 de octubre, lo que abre la puerta a un incremento de sus ventas externas.
El estudio de Purdue subraya que la prolongada incertidumbre comercial podría condicionar las decisiones de siembra de EE. UU. para 2026 y limitar su capacidad de inversión, mientras que Brasil continúa ampliando su superficie cultivada, incluso a costa de transformar 28 Mha de pastizales en tierras agrícolas en el Cerrado.
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