A primeros de octubre, un ataque con drones rusos provocó la muerte de unos 13.000 cerdos en la empresa agrícola Svitanok, situada en la comunidad de Novovodolazka, en la región ucraniana de Járkov. La granja, diseñada para 15.000 animales, sufrió daños que se estiman en unos 7,1 millones de euros, según las primeras valoraciones de las autoridades locales.
El bombardeo comenzó en torno a la 1:15 de la madrugada del 3 de octubre y se desarrolló en dos oleadas, con un intervalo de aproximadamente dos horas. En total, unos 20 drones Shahed impactaron en las instalaciones. Ocho de las diez naves porcinas de la explotación, construidas en hormigón durante la época soviética, quedaron completamente destruidas por el fuego. El incendio posterior afectó a una superficie de más de 13.600 metros cuadrados.
El jefe de la comunidad de Novovodolazka, Oleksandr Yesin, explicó que alrededor del 10 % de los animales sobrevivieron al ataque. “Algunas de las porquerizas fueron alcanzadas hasta tres veces por los drones”, declaró Yesin al medio Suspilne.Kharkiv.
No se registraron víctimas mortales entre el personal, aunque un guardia de seguridad resultó herido al intentar escapar del fuego y fue atendido en el lugar por los servicios médicos. Otro residente de la comunidad también requirió asistencia médica a consecuencia de los ataques.
La Asociación de Criadores de Cerdos de Ucrania, de la que forma parte la empresa Svitanok, denunció que este ataque supone un nuevo ejemplo de la destrucción sistemática del sector agrícola ucraniano. La organización advirtió que la agresión no solo causa pérdidas económicas, sino que amenaza directamente la seguridad alimentaria del país.
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