El sector arrocero cooperativo europeo considera que la reforma del Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG) acordada en el trílogo supone un “acuerdo político nefasto” para arroz de la UE. Tras años de debates y cuatro años de negociaciones, el compromiso alcanzado no garantiza, a juicio del sector, unas condiciones de competencia equitativas frente a las importaciones crecientes de arroz a bajo coste procedentes de los Países Menos Desarrollados. Según el sector arrocero cooperativo, la reforma SPG arroz importaciones Países Menos Desarrollados deja en la práctica desprotegidos a productores y molineros europeos.

Desde el inicio del proceso, la cadena de valor del arroz europeo –que agrupa a productores y molineros de todos los Estados miembros– venía reclamando un mecanismo de salvaguardia automático capaz de reaccionar ante incrementos excepcionales de importaciones a precios muy bajos. Solo en el último año, las compras de arroz procedentes de los Países Menos Desarrollados han alcanzado un récord de 547.000 t, superando con creces los volúmenes que ya justificaron la activación de medidas de salvaguardia en 2019.

Un umbral de salvaguardia que el sector considera inoperante

El compromiso final del trílogo, aprobado pese al voto en contra de España, Grecia e Italia –los tres principales productores de arroz de la UE–, introduce un mecanismo basado en la media de importaciones de los últimos diez años (387.000 t), sobre la que se aplica un margen de incremento del 45 %. El resultado es un umbral de activación de 562.000 t, acompañado de una revisión anual una vez que el sistema entre en vigor en 2027.

Para el sector arrocero, estas cantidades han sido diseñadas para activarse únicamente en lo que se califica como una “situación verdaderamente excepcional”, tomando como referencia niveles de importación ya históricamente elevados. Tras cuatro años de negociación y un deterioro evidente del arroz europeo, consideran injusto que la definición de “situación excepcional” se construya precisamente sobre estas cifras infladas. A modo de comparación, recuerdan que la última salvaguardia se activó a partir de 380.000 t y fue justificada por la Comisión como necesaria para evitar daños al sector, lo que refuerza su crítica a la reforma SPG arroz importaciones Países Menos Desarrollados.

Incoherencias con otros acuerdos comerciales y riesgo de desprotección

El sector cooperativo subraya además la incoherencia con otras negociaciones comerciales en curso, como el acuerdo UE-MERCOSUR, donde algunos Estados miembros respaldan cláusulas de salvaguardia que se activarían con incrementos del 10 % sobre una cantidad fija. Consideran “incomprensible” que, en el caso del arroz, se acepte “jugar” con un margen del 45 % y con una revisión anual, asumiendo las consecuencias que esta configuración puede tener para la estabilidad del mercado.

En España, el sector arrocero cooperativo concentra más del 60 % de la producción y llevaba meses pendiente del desenlace de este Reglamento del SPG. El objetivo era lograr una cláusula de salvaguardia realmente automática, que suspendiera los aranceles cero concedidos a terceros países cuando las importaciones superaran volúmenes considerados insostenibles. El sector insiste en que nunca ha cuestionado los objetivos de apoyo a los países en desarrollo, que siguen siendo un valor central de la UE, pero reclama equidad, equilibrio y proporcionalidad para evitar daños irreparables a los productores comunitarios.

Cambio estructural del mercado europeo del arroz

Mientras se prolongaban las negociaciones, la estructura del mercado europeo del arroz ha cambiado de forma profunda. Con una demanda total de la UE en torno a 2,8 Mt, el sector recuerda que podría cubrirse con una combinación equilibrada de producción comunitaria e importaciones moderadas. Sin embargo, la relación entre ambas ha pasado de un 60/40 hace una década a prácticamente un 50/50 en la actualidad.

Los años de sequía redujeron la producción europea y aumentaron la dependencia de arroz importado a bajo coste y libre de aranceles. Incluso en 2025, pese a la recuperación generalizada de las cosechas, las importaciones se han mantenido en niveles récord, desplazando al arroz cultivado en la UE de su propio mercado. El sector advierte de que, si esta tendencia se mantiene, los productores europeos corren el riesgo de ser expulsados de forma permanente del mercado interior, con caídas de la demanda de arroz comunitario, reducción de superficies y un daño económico duradero.

Una salvaguardia “meramente simbólica” y llamada al Parlamento Europeo

Aunque el nuevo mecanismo de salvaguardia se presenta como automático, el sector arrocero considera que el umbral elegido lo convierte en la práctica en inoperante en las condiciones actuales del mercado. Entiende que se ha perdido una oportunidad decisiva para disponer de una herramienta de protección real y oportuna frente a perturbaciones del mercado, ya que el mecanismo solo se activaría con volúmenes de importación aún más extremos, cuando el daño sería ya irreversible.

El sector interpreta el resultado como un compromiso político que ha priorizado la rapidez del acuerdo sobre el contenido de la protección. De este modo, una medida que podría haber aportado seguridad al arroz europeo queda “debilitada hasta un valor meramente simbólico”, poniendo en riesgo al conjunto de la cadena de valor. Aun así, agradece a la presidencia danesa sus esfuerzos para cerrar el expediente y reconoce el trabajo de los eurodiputados que han mostrado sensibilidad hacia el problema.

En esta fase final del proceso, el sector arrocero cooperativo pide a todos los europarlamentarios que colaboren activamente para revertir el acuerdo y voten en contra de su ratificación. Recuerda que el arroz cooperativo sustenta a miles de familias, fija población en comunidades rurales y contribuye a la seguridad alimentaria, la preservación del medio ambiente y la biodiversidad, por lo que reclama una política comercial europea que reconozca y proteja su papel estratégico.