El uso de probióticos, prebióticos y simbióticos se está consolidando como una alternativa más segura y sostenible a los antibióticos en la producción ganadera. Un nuevo estudio científico revisa la evidencia acumulada en los últimos años y muestra cómo estas estrategias basadas en la microbiota intestinal pueden mejorar el crecimiento, la inmunidad y el equilibrio microbiano del ganado, al tiempo que ayudan a reducir la resistencia a los antimicrobianos y la presencia de residuos en la cadena alimentaria.

Mantener una microbiota intestinal sana se considera cada vez más un pilar básico de la productividad: facilita una mejor digestión de los nutrientes, refuerza la función inmunitaria y se refleja en un mejor rendimiento global de los animales. Durante décadas, sin embargo, los antibióticos se han utilizado como promotores de crecimiento y preventivos, contribuyendo al aumento de bacterias resistentes. Estas bacterias pueden transmitirse a las personas a través de alimentos, agua o medio ambiente, lo que ha llevado a endurecer las políticas sobre uso de antimicrobianos y a buscar alternativas como los probióticos y prebióticos en ganadería.
Qué son probióticos, prebióticos y simbióticos y cómo actúan
El estudio subraya el papel de tres tipos de intervenciones alimentarias: probióticos, prebióticos y simbióticos (P/P/S).
Los probióticos son microorganismos vivos beneficiosos que, administrados en cantidades adecuadas, contribuyen al equilibrio de la microbiota intestinal. Los prebióticos son ingredientes no digeribles que sirven de sustrato selectivo para las bacterias favorables. Los simbióticos combinan ambos enfoques para lograr un efecto sinérgico.
A partir de una revisión de la literatura publicada entre 2015 y 2025, el trabajo resume múltiples experiencias prácticas en sistemas ganaderos. Las estrategias P/P/S se utilizan como promotores naturales del crecimiento, ayudando a aumentar la ganancia de peso y mejorar la eficiencia alimentaria, así como la digestibilidad de los nutrientes. La suplementación regular se asocia con menor incidencia de infecciones gastrointestinales, mejor desarrollo del sistema inmunitario y mantenimiento del equilibrio microbiano en situaciones de estrés o durante brotes de enfermedad.
Un aspecto destacado es la reducción de residuos de antibióticos en carne, leche y estiércol cuando se desplaza el uso de antimicrobianos no terapéuticos hacia estas alternativas. Esto contribuye a evitar la contaminación ambiental y a reforzar la seguridad de los sistemas alimentarios, un punto clave en la estrategia frente a la resistencia a los antimicrobianos.
Impacto para la salud pública y para las explotaciones
Según la revisión, las implicaciones de extender el uso de probióticos y prebióticos en ganadería van más allá de la sola mejora productiva. Al disminuir el uso de antibióticos en la alimentación animal, se reduce la presión selectiva que impulsa la aparición y difusión de resistencias, contribuyendo a la protección de la salud pública a escala global.
Desde el punto de vista de las explotaciones, estas herramientas ofrecen opciones adaptables a distintas especies y sistemas productivos, con potencial para integrarse en programas de manejo que combinen nutrición de precisión, bioseguridad y bienestar animal. Para los investigadores, se trata de instrumentos naturales, seguros y eficaces que permiten sostener el crecimiento y la inmunidad del ganado, al tiempo que salvaguardan la cadena alimentaria y el entorno.
El estudio recuerda, no obstante, que los ganaderos se enfrentan a desafíos prácticos a la hora de adoptar estas estrategias, como la selección adecuada de cepas, la garantía de viabilidad de los productos, su seguridad, la estandarización de dosis y la evaluación de la rentabilidad en condiciones reales de campo. La evidencia científica recopilada se presenta precisamente como una base para orientar estas decisiones y apoyar una transición gradual hacia modelos menos dependientes de los antibióticos.
Un campo en expansión en la investigación ganadera
Los autores sitúan su trabajo en el contexto de la necesidad urgente de abordar la resistencia a los antimicrobianos sin comprometer la productividad del sector. La revisión muestra que las soluciones basadas en microbios pueden alinearse con la creciente presión regulatoria sobre los antibióticos no terapéuticos y anticipa que la adopción de P/P/S podría acelerarse en los próximos años.
El estudio, publicado en la revista Veterinary Research Communications, ha sido realizado por un equipo de la Universidad de Shinshu (Japón), que analiza la literatura internacional reciente y propone integrar de forma sistemática probióticos, prebióticos y simbióticos en los programas de alimentación. Sus conclusiones refuerzan la idea de que el manejo de la microbiota intestinal se ha convertido en un elemento central de la ganadería sostenible, tanto desde la perspectiva productiva como desde la sanitaria y ambiental.





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