LA UNIÓ de Llauradors señala que la larga sequía que se arrastra y las bajas temperaturas mínimas durante las madrugadas de las últimas dos semanas han provocado que en las viñas de la variedad Bobal de la comarca Utiel-Requena aparezcan ya síntomas evidentes de marchitez fisiológica.

Esta fisiología deseca los sarmientos de las vides y también las uvas como ya se puede apreciar de forma nítida en numerosas explotaciones vitivinícolas de la zona. La subida de las temperaturas durante las próximas semanas acrecentará sin duda las pérdidas para la próxima cosecha.

Cabe recordar que la uva Bobal es la predominante en la zona con más del 80% de viñas plantadas de la misma. Esta variedad suele presentar a veces por esta época unas anomalías fisiológicas vegetativas parecidas al daño en heladas cuando se dan unas circunstancias especiales como las que ocurren este año, período prolongado de sequía y varios días consecutivos de temperaturas bajas pues las mínimas se han situado estos días entre los cuatro y los ocho grados.

LA UNIÓ augura por tanto una campaña desastrosa para los agricultores con grandes pérdidas pues a la afección de la sequía en las viñas ahora se le une la de la marchitez fisiológica en la variedad Bobal.

Cabe señalar que el actual sistema de seguros agrarios sí que cubre la marchitez fisiológica de las viñas en la variedad Bobal pero por explotación. Si un agricultor tiene varias variedades en una misma explotación es complicado que pueda llegar a cobrar en caso de siniestro y por ello LA UNIÓ ha pedido ya a Agroseguro y a ENESA que se puedan peritar las parcelas por variedades, en este caso la Bobal, y no por explotación.

Las excepcionales características de esta campaña agravadas por la sequía hacen que LA UNIÓ, aparte de los seguros agrarios, insista en reclamar también ayudas para paliar las numerosas pérdidas que van a tener los productores.