La administración australiana, dentro de la Iniciativa para reducir las emisiones de carbono en la agricultura y ganadería (Carbon Farming Initiative) va a proporcionar incentivos a los ganaderos para que reduzcan las emisiones de metano de sus vacas.

Una vaca lechera pastando puede eructar hasta 600 gramos de metano al día. Como gas de efecto invernadero, el metano es aproximadamente 25 veces más potente que el dióxido de carbono y las emisiones de metano de las vacas constituyen aproximadamente el 65% de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector lácteo.

Las emisiones de metano se han reducido mucho en los últimos años, ya que mientras que en 1980 una vaca lechera australiana emitía aproximadamente 33 gr de metano por cada litro de leche producida, en 2010, debido a las mejores prácticas de alimentación, mejoras genéticas, altos por la producción de leche de vaca, y la mejora de la eficiencia adoptadas por la industria láctea australiana, este número se ha reducido a aproximadamente 24 gr de metano por litro de leche producida.

No obstante, la Carbon Farming Initiative espera promover mayores reducciones. Para ello, actuar en la dieta en la clave.

Investigaciones realizadas a través del CFI han puesto de manifiesto que aportar a las vacas lecheras una dieta que incluya 6 gr de grasas y aceite durante los meses de verano, puede reducir el volumen de eructos gaseosos de las vacas en un 20%.

La adición de taninos también reduce las emisiones pero los investigadores han detectados que cuando taninos y aceites se adicionan en forma de extractos puros parece que se neutralizan entre sí. Por tanto se probó con el orujo, que es un subproducto de la elaboración del vino con una alta concentración de grasa y taninos. La adición de orujo puede llegar a reducir las emisiones hasta en un 20%.