Los baños de pezuñas que contengan sulfato de cobre se usan para prevenir infecciones en el ganado lechero, y a menudo las aguas residuales de estos baños se reciclan para regar los cultivos de maíz y alfalfa. Los científicos del Servicio de Investigación Agraria de EEUU (ARS) evaluaron el crecimiento y desarrollo de alfalfa en suelos que contuvieron diferentes niveles de cobre. Los niveles del sulfato de cobre hasta 250 partes por millón (ppm) en el suelo no tuvieron ningún efecto en el crecimiento de la alfalfa, pero el crecimiento de las plantas paró cuando los niveles del sulfato de cobre en el suelo sobrepasaron 500 ppm.
El grupo también descubrió que la actividad de los microbios beneficiosos en el suelo paró cuando los suelos acumularon niveles de sulfato de cobre de más de 50 ppm. El análisis adicional indicó que los niveles de más de 63 ppm de cobre disponibles en el suelo causaron concentraciones del cobre en la alfalfa que podrían ser perjudiciales para los animales pastantes, según las pautas del Consejo Nacional de Investigación.
Los investigadores creen que en las condiciones en el mundo real, hay variaciones en las acumulaciones del cobre en el suelo y su impacto, dependiendo de una gama de factores. Además, los impactos negativos podrían pasar por alto hasta de 15 a 75 años después del principio del uso de las aguas residuales para regar los campos.
Los resultados de esta investigación fueron publicados en ‘Journal of Agricultural Science’ (Revista de Ciencia Agrícola), ‘Soil Science’ (Ciencia de Suelo) y ‘Journal of Environmental Quality’ (Revista de Calidad Ambiental).
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