Las margaritas y los girasoles podrían haber surgido hace 50 millones de años, posiblemente en Sudamérica, según ha puesto de manifiesto una flor fósil encontrada en ese continente y emparentada con el girasol. Se trata de la familia Asteraceae, que también incluye a los crisantemos, la lechuga y alcachofas.
La mayoría de los fósiles conocidos de esta familia son sólo granos de polen. Los investigadores han encontrado la flor fósil, bien conservada, en rocas que tienen aproximadamente 47.5 millones de años y que yacen a lo largo de Río Pichileufú en las secas estepas expuestas al viento del noroeste de Patagonia.
El fósil muestra características distintivas de la familia Astereae, incluyendo estructuras tipo hojas llamadas filarios que rodean a las flores y una serie de delgadas proyecciones, tipo cabellos conocidos como pappus, entre las flores.
Los autores proponen que una reserva ancestral de Asteraceae puede haber surgido en el supercontinente del sur de Gondwana antes de que se separara en Sudamérica, África, India y Australia.
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