Recojo aquí el malestar de varias de nuestras organizaciones provinciales por las críticas que están recibiendo de la Uccl a cuento de las ayudas que ASAJA y el resto de organizaciones agrarias reconocidas en el ámbito nacional han recibido de las instituciones del Estado. Lamento que una organización que se ha quedado sin el reconocimiento oficial por culpa exclusivamente de sus dirigentes, no tenga mejor mensaje para llevar al campo que el de criticar la financiación de las organizaciones profesionales, y lamento que den una información falsa y sesgada con el único ánimo de ofender y calumniar. Y me molesta porque las organizaciones agrarias, que tenemos el cometido constitucional de representar al sector agrario y por extensión al amplio y variado medio rural, nunca hemos recibido ni recibiremos la financiación institucional que nos corresponde, estando muy lejos de esa “sopa boba” que reciben en nuestro país los sindicatos de clase y la patronal de los empresarios, con la que sostienen un ejército de liberados que están destinados a cualquier cosa menos a defender con independencia y profesionalidad los intereses del colectivo.
Tenemos que reivindicar una financiación estable, regulada por Ley y con criterios objetivos, para nuestras organizaciones nacionales y regionales. Una financiación al margen de simpatías políticas que sea garante de la independencia absoluta que se debe de exigir a quienes representamos un colectivo profesional. Y para trabajar en esta financiación estable, justa y equitativa, necesitamos estar de acuerdo todas las organizaciones profesionales y no que algunos se dediquen a intoxicar, en las reuniones por los pueblos o en los medios de comunicación, con hechos falsos.
Sirva este editorial de desmentido oficial de ASAJA a cualquier crítica de financiación excesiva u opaca de nuestra organización, que nunca se ha producido. Nuestra independencia de los poderes políticos y económicos es un modelo a seguir por otros y no debería ser considerado virtud, sino el comportamiento normal de quien se debe a los asociados y no quiere traicionar la confianza depositada por estos. El largo centenar de trabajadores que tiene ASAJA en las nueve provincias de la organización, sabe como nadie que nuestras organizaciones provinciales se financian con el mucho trabajo que cada día se desarrolla en nuestras oficinas, un trabajo profesional y abnegado que de una forma directa o indirecta pagan nuestros asociados con cuotas ordinarias, cuotas por servicios y otras derramas. Otros, por el contrario, parece que estaban acostumbrados a recibir ayudas a manos llenas de algún alto cargo del Gobierno regional, que ahora ya no lo es, y quien le ha sucedido no ha querido emularle.
Hecho el desmentido y dejando claro que en ASAJA nos financiamos mayoritariamente de las cuotas y derramas de nuestros asociados y en menor medida de unas ayudas institucionales transparentes y escasas, lo que queremos es que la Uccl y si fuera el caso otras organizaciones, nos dejen trabajar con nuestra absoluta profesionalidad e independencia. Trabajar en dar servicios a los socios y trabajar manteniendo todos los días en alto la bandera de nuestras reivindicaciones para el campo y para el medio rural. Es el empeño en el que estamos, por mandato de nuestras decenas de miles de socios, todos los dirigentes y trabajadores de ASAJA.
Recojo aquí el malestar de varias de nuestras organizaciones provinciales por las críticas que están recibiendo de la Uccl a cuento de las ayudas que ASAJA y el resto de organizaciones agrarias reconocidas en el ámbito nacional han recibido de las instituciones del Estado. Lamento que una organización que se ha quedado sin el reconocimiento oficial por culpa exclusivamente de sus dirigentes, no tenga mejor mensaje para llevar al campo que el de criticar la financiación de las organizaciones profesionales, y lamento que den una información falsa y sesgada con el único ánimo de ofender y calumniar. Y me molesta porque las organizaciones agrarias, que tenemos el cometido constitucional de representar al sector agrario y por extensión al amplio y variado medio rural, nunca hemos recibido ni recibiremos la financiación institucional que nos corresponde, estando muy lejos de esa “sopa boba” que reciben en nuestro país los sindicatos de clase y la patronal de los empresarios, con la que sostienen un ejército de liberados que están destinados a cualquier cosa menos a defender con independencia y profesionalidad los intereses del colectivo.
Tenemos que reivindicar una financiación estable, regulada por Ley y con criterios objetivos, para nuestras organizaciones nacionales y regionales. Una financiación al margen de simpatías políticas que sea garante de la independencia absoluta que se debe de exigir a quienes representamos un colectivo profesional. Y para trabajar en esta financiación estable, justa y equitativa, necesitamos estar de acuerdo todas las organizaciones profesionales y no que algunos se dediquen a intoxicar, en las reuniones por los pueblos o en los medios de comunicación, con hechos falsos.
Sirva este editorial de desmentido oficial de ASAJA a cualquier crítica de financiación excesiva u opaca de nuestra organización, que nunca se ha producido. Nuestra independencia de los poderes políticos y económicos es un modelo a seguir por otros y no debería ser considerado virtud, sino el comportamiento normal de quien se debe a los asociados y no quiere traicionar la confianza depositada por estos. El largo centenar de trabajadores que tiene ASAJA en las nueve provincias de la organización, sabe como nadie que nuestras organizaciones provinciales se financian con el mucho trabajo que cada día se desarrolla en nuestras oficinas, un trabajo profesional y abnegado que de una forma directa o indirecta pagan nuestros asociados con cuotas ordinarias, cuotas por servicios y otras derramas. Otros, por el contrario, parece que estaban acostumbrados a recibir ayudas a manos llenas de algún alto cargo del Gobierno regional, que ahora ya no lo es, y quien le ha sucedido no ha querido emularle.
Hecho el desmentido y dejando claro que en ASAJA nos financiamos mayoritariamente de las cuotas y derramas de nuestros asociados y en menor medida de unas ayudas institucionales transparentes y escasas, lo que queremos es que la Uccl y si fuera el caso otras organizaciones, nos dejen trabajar con nuestra absoluta profesionalidad e independencia. Trabajar en dar servicios a los socios y trabajar manteniendo todos los días en alto la bandera de nuestras reivindicaciones para el campo y para el medio rural. Es el empeño en el que estamos, por mandato de nuestras decenas de miles de socios, todos los dirigentes y trabajadores de ASAJA.
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