Los machos más atractivos liberan menos espermatozoides por cada encuentro con una hembra, con el fin de maximizar el número de descendientes que pueden tener. Así lo ha puesto de manifiesto una investigación de la Universidad de Oxford y de la Universidad Global de Londres, cuyos resultados se han publicado en la revista Amercian Naturalist.
En algunas especies, las hembras se emparejan con muchos machos diferentes. Los espermatozoides de cada macho compiten con los de los otros en un proceso llamado “competición de espermatozoides”. Dado que los espermatozoides se producen en una cantidad finita, el macho debe de ser cuidadoso en como los distribuye, para maximizar el número de descendientes. Si un macho pone muchos espermatozoides en cada contacto con la hembra, tendrá más posibilidades de tener un descendiente por encuentro pero a costa de menos encuentros. Por el contrario, si el macho libera menos espermatozoides por encuentro, tendrá menos posibilidades de paternidad por encuentro pero podrá llevar a cabo más cubriciones.
El equilibrio de cómo actuar depende de la facilidad de tener encuentros con hembras. Si un macho es atractivo, tendrá más posibilidades de acceder a hembras, por lo que reducirá el valor de cada encuentro.
Los científicos han visto como en pollos, cuando viven en libertad, se encuentran en grupos varios machos y varias hembras. Las hembras se emparejan con varios machos y hay competencia de espermatozoides. La belleza de un macho viene determinada por su posición dominante en el grupo. De esta forma, los machos dominantes transfieren menos espermatozoide a las hembras. Además, éstos suelen tener menos motilidad y suelen tener menos eficacia fertilizadora.
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