El Departamento de Agricultura de EEUU ha anunciado la primera ayuda dirigida a la puesta en marcha de una fábrica de bioetanol de segunda generación a escala comercial. Se trata 80 millones de dólares para una una biorefinería de la compañía Range Fuels Inc en Soperton (Georgia), que tendrá una capacidad anual de 800 millones de litros de bioetanol celulósico cuando esté plenamente operativa en 2010.

La tecnología de esta fábrica será por el método termoquímico (syngas), utilizando como principales materias primas restos de madera, pajas de cereales y caña de maíz.

La situación del precio del petróleo y los carburantes está haciendo menos atractiva la actual producción de bioetanol en EEUU, lo que está repercutiendo en una ralentización del consumo de maíz por parte de esta industria, que recientemente ha vivido quiebras de algunas importantes compañías que no han visto cumplidas sus previsiones de crecimiento económico. El último informe del USDA ha rebajado las previsiones de consumo de maíz para bioetanol en 08/09 de 4 millones a 3,6 millones de bushel (100 a 90 millones de tn).

Sin embargo, según el secretario de agricultura saliente Ed Schafer, estos problemas no van a afectar al desarrollo de los biocarburantes de segunda generación obtenidos con material celulósico, algo que ya era un empeño principal de la Administración Bush y será aún más con la de Obama, según figura en su programa político.