Las principales industrias europeas de fécula de patata; AVEBE (Holanda), Emsland-Stärke (Alemania) y Lyckeby Industrial (Suecia) han reiterado su petición a las autoridades de la Unión Europea para que deje de dar largas por motivos políticos a la aprobación al cultivo en territorio europeo de la patata Amflora, modificada genéticamente para contener una fécula constituida prácticamente solo por amilopectina.

Las empresas señalan que la reciente decisión del “Chequeo Médico” de eliminar las ayudas a la transformación compromete la rentabilidad de la industria de la fécula, lo que hace imprescindible la capacidad de poder adoptar innovaciones tecnológicas como la patata Amflora para tener competitividad y viabilidad futura.

El pasado mes de julio, BASF la empresa obtentora de la patata denunció a la Comisión Europea ante el Tribunal de Luxemburgo por su dilación en tomar una decisión, que está obligada a tomar ante el agotamiento del proceso comitológico sin mayoría cualificada a favor o en contra de los Estados Miembros.

En los casos de aprobación de nuevos OMG para su importación la Comisión actúa siempre decidiendo a favor de su propia propuesta. Sin embargo, en este caso se trata de una aprobación para el cultivo y la Comisión mantiene congelada su decisión por motivos políticos, ya que la UE no aprueba ningún nuevo OMG para el cultivo desde hace años.

La patata Amflora está modificada para que su fécula esté constituida exclusivamente por amilopectina, en lugar de por una mezcla de amilasa (80%) y amilopectina (20%) de las patatas convencionales. La modificación genética consiste en “silenciar” el funcionamiento del gen que codifica una enzima clave para la síntesis de la amilasa, con lo que se obtiene una fécula con propiedades que permiten que se pueda utilizar para determinados usos especiales, como la fabricación de pasta de papel, textiles o adhesivos.