Existe en los sectores europeos de la alimentación animal y ganadería una gran preocupación por el asunto de la inminente aparición en los mercados internacionales de nuevos tipos de OMG de soja, un fenómeno que, debido a los problemas políticos y burocráticos de la UE con esta cuestión, podría colapsar o encarecer en gran medida el suministro de soja de la UE con repercusiones muy importantes en la competitividad y en los precios de la alimentación animal y la ganadería.

La próxima primavera se sembrarán ya en EEUU en cantidad limitada nuevos tipos de soja OMG, que podrían estar disponibles en las siembras de finales de año en Argentina y Brasil. Estos tres países suponen más del 85% de las exportaciones de soja.

Esto significa que es muy probable que la soja de las próximas cosechas (a partir de otoño en EEUU y a primeros de 2009 en Brasil) contenga trazas de OMG aun no autorizados en la UE, lo que bloquearía o dificultaría enormemente su posibilidad de importación y comercialización, debido a la política de intolerancia total con los OMG no autorizados por parte de la UE. Esta no autorización de la UE no tiene nada que ver con asuntos relacionados con medio ambiente o seguridad de los alimentos, sino con las largas de tipo político que en la UE se da continuamente a estas aprobaciones, que finalmente se acaban produciendo igualmente, pero con un gran retraso.

Para la Federación Europea de Fabricantes de Piensos (FEFAC), este fenómeno de “decalaje” ente las aprobaciones de nuevos OMG entre la UE y EEUU podría suponer cuantiosas pérdidas y graves consecuencias para la ganadería europea, especialmente la más dependiente de las importaciones de soja y otras materias primas, como sería el caso del sector porcino o avícola . La paradoja sería que una eventual disminución de la producción europea podría traer como consecuencia un aumento de las importaciones de productos ganaderos, que provendrían de los mismos países que producen la nueva soja OMG no autorizada que causa el problema, y estarían alimentados con ellos.

Muchas organizaciones de ganaderos de la UE han solicitado que se trate de alcanzar una solución a este problema inminente, proponiendo se tenga una política diferenciada con los OMG, admitiendo una cierta tolerancia con los que ya cuenten con un informe favorable de la Agencia Europea de Seguridad de los Alimentos (AESA), aunque estos no estén aun formalmente aprobados debido a las demoras en el proceso de comitología.