A pesar de que la relación entre la oferta y la demanda, tanto en la UE como en el mercado mundial, presentan un equilibrio muy inestable, con tendencia a una producción por debajo del consumo, la situación en España presenta una serie de peculiaridades:
1.- Una clara tendencia a la disminución de explotaciones, al igual que en otros países miembros de la UE. Esta desaparición está fundamentada en la falta de rentabilidad de este tipo de explotaciones, unido al déficit de calidad de vida de los productores frente a otras actividades productivas.
2.- Consumo muy por encima de nuestra cuota, lo que supone depender de un abastecimiento de leche de fuera de nuestras fronteras, especialmente, de Francia, Portugal y Holanda. Este abastecimiento consiste en leche para su posterior transformación, quesos de gran consumo y leche y productos lácteos envasados (en especial para marcas blancas de distribución).
El equilibrio entre oferta y demanda, por ahora, no depende de lo que produzcan o no nuestros ganaderos, pues la oferta de leche en España está muy condicionada por las importaciones, en especial las que proceden de Francia, y no tanto por la dinámica del mercado mundial o europeo.
Esta dependencia ha configurado tanto, nuestro sector productor como industrial, y supone que cada cierto tiempo se produzcan graves alteraciones en nuestro mercado de la leche, como la que padecemos en estos momentos.
¿Por qué?
• La producción en Francia ha aumentado considerablemente en los últimos meses, como consecuencia de su política consistente en no penalizar hasta un 10% de la cuota individual de cada ganadero, el incremento de los precios en el campo y la existencia de mercados internacionales, económicamente interesantes, donde colocar estos excedentes de producción, en forma de quesos de alto valor añadido en el mercado internacional; o, en España, en forma de leche concentrada o envasada, por ejemplo.
• Las necesidades de leche para abastecer el mercado español son cada vez mayores. Aunque el consumo de leche liquida ha bajado, el consumo “per capita” en equivalentes leche ha aumentado, sin olvidar que nuestra población también ha crecido.
• La subida de los precios al consumidor español.
Estas circunstancias han llevado a que las importaciones de leche en los últimos meses se hayan incrementado considerablemente, lo cual desembocará, en un mercado tan desestructurado como el nuestro, e una nueva crisis en el sector, con bajadas de precios al productor, pérdida de rentabilidad y nuevo repunte de los abandonos.
¿Que hacer ante esta situación?
No es probable que existan soluciones milagrosas. Para empezar, hay que tener en cuenta que las importaciones de leche hacia España es imposible que desparezcan, por lo menos a corto y medio plazo. Habría entonces que analizar las repercusiones de estas importaciones, y ver como minimizar sus efectos negativos sobre nuestro mercado.
Las importaciones, tal y como se realizan, tradicionalmente han conllevado una contigentación de los precios al productor y una pérdida de rentabilidad acumulada en el tiempo, que ha motivado una lenta sangría de explotaciones, que no ha impedido la existencia de un sistema de cuotas lácteas.
Por otro lado, hay que precisar que la entrada de leche en sí no es la que provoca esta situación, sino el tipo de importaciones y su falta de ordenación. Por ejemplo, hay empresas que de forma continua, ya que el español es un mercado deficitario, traen leche sin solución de continuidad (como por ejemplo: industrias de capital foráneo o industrias con fábricas situadas cerca de las fronteras) y sin provocar el desencadenamiento de las crisis cíclicas en nuestro sector de desequilibrios entre oferta y demanda y de hundimiento de precios al productor.
Los problemas surgen por:
? Las importaciones estructurales.
? Las importaciones especulativas.
? Las importaciones fraudulentas.
? La falta de ordenación.
¿Cuáles son las estructurales?: Las que hacen algunas empresas transformadoras con problemas crónicos de abastecimiento de leche, ya que nunca se han preocupado de “fidelizar” su recogida ni de que existía un sistema de control de la producción (cuotas lácteas).
¿Las especulativas?: Son aquellas que hacen algunas industrias cuya única forma de ser rentables es comprando la materia prima barata. La competitividad del sector transformador lácteo español es, todavía, desgraciadamente, una asignatura pendiente.
¿Las fraudulentas?: Son aquellas importaciones de leche más o menos concentrada, que se reconstituye y se vende como líquida para el consumo, (práctica comercial prohibida) y mejorar así, aún más, su cuenta de resultados de forma fraudulenta.
En un mercado como el español, la política desordenada de importaciones y su falta de planificación ha sido, muchas veces, la culpable de las situaciones que, endémicamente, hemos tenido, de oscilaciones bruscas de precios de la leche al productor.
En los últimos tiempos ha surgido, y cada vez tiene mas peso, la importación de leche envasada o derivados lácteos con marca blanca, ya sea para las cadenas de distribución de capital galo, como para los españoles. El crecimiento del consumo de este tipo de leches hace que estas importaciones tengan cada vez mas importancia a la hora de abastecer nuestro mercado.
¿Soluciones?
Muchas y diferentes son las causas, por tanto, las soluciones pueden ser muchas, también. Quizás la solución sea los esfuerzos, no solo en buscar soluciones concretas a problemas concretos, sino en buscar la fórmula que permita predecir el problema y encontrar las soluciones.
La fórmula ya está inventada, aunque olvidada por casi todos: las relaciones interprofesionales.
La interprofesional es el único foro en donde tanto el sector productor como el industrial, pueden establecer las directrices de una política de importaciones que no conlleve efectos negativos para todos. Hay que llegar a acuerdos y olvidarse de la solución, propuesta por algunos, referente a evitar las importaciones y que España produzca toda la leche que consume.
Hay que intentar producir más de lo que ahora se puede y así hay que pedirlo a la UE, siendo bastante improbable que se llegue al autoabastecimiento. En resumen, las importaciones seguirán existiendo en este sector aunque, quizás, sean en menor medida.
Inicialmente habría que conseguir unas relaciones interprofesionales fluidas entre el sector primario y la transformación, para después poder extender esta forma de trabajar a la distribución. Introducir ahora a la distribución en los debates interprofesionales a la distribución podría ser garantía de fracaso.
Además, la interprofesional no solo hay que verla como un instrumento para racionalizar las importaciones sino que también, puede que sea uno de los pocos instrumentos de gestión del mercado, junto a una política contractual, que la PAC deje en un futuro. Sólo hay que mirar las directrices que se recogen en las propuestas legislativas del “Chequeo Médico” de la PAC del 2003
Un problema crucial es como fomentar una interprofesional que ha dilapidado el crédito que consiguió en sus primeros años de funcionamiento.
Como medida complementaria a las actuaciones interprofesionales sería muy importante mejorar la eficacia del control de las importaciones por parte de las administraciones, por ejemplo: la reconstitución de leche concentrada o en polvo para su consumo como leche liquida, que es un fraude; las administraciones tienen más de un instrumento para impedirlo de forma efectiva.
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