18 de septiembre de 2007. UPA califica como rotundamente falsas las afirmaciones de la consejera de Agricultura al apuntar que el regadío y el viñedo ya no sufren la plaga de topillos en nuestra comunidad autónoma.

A pesar de que el Plan de Actuaciones con quemas de rastrojos y tratamiento químico ha sido satisfactorio en un porcentaje importante, sin embargo la plaga aún persiste y son muchas zonas las que aún están afectadas por la presencia masiva de roedores.

Nuestra organización se siente defraudada por la reciente decisión de la Junta de Castilla y León de querer bajar la guardia en un momento de crisis como la actual y no extender la quema de rastrojos a todos los términos municipales afectados, ya que es el único método válido en estos momentos para terminar con los reservorios de los ratones, y de esta forma evitar un repunte de la plaga.

UPA expone la enorme preocupación que existen en las zonas de secano de la comunidad autónoma, ya que en apenas 10 días comienza la siembra de tierra de barbechos, por lo que el riesgo es muy elevado. Al respecto no conviene olvidar que el año pasado por estas fechas la pasividad y parsimonia del Ejecutivo regional fue proporcional a la enorme eclosión de topillos en Tierra de Campos.

Además se ha evidenciado después de las últimas lluvias caídas y una vez pasada la vertedera para arar las parcelas, que este método no ha sido suficiente para acabar con los roedores, por lo que la adopción de medidas como el tratamiento químico y la quema de rastrojos es absolutamente necesaria y prioritaria.

UPA vuelve a hacer un llamamiento a la consejera de Agricultura, Silvia Clemente, para que elimine el 15 % de la franquicia para las ayudas a los afectados, ya que según las tasaciones realizadas todos los daños van a correr a cargo de los agricultores.

Si no se adoptan actuaciones al respecto nuestra organización no descarta retomar las movilizaciones, porque en todo caso es sumamente irresponsable dejar el problema latente para que vuelva a multiplicarse, teniendo en cuenta la enorme facilidad para reproducirse que tienen los topillos.