El primer ministro de Australia, John Howard, anunció la semana pasada que si no mejora en el mes de mayo la grave situación de sequía que padece el país se adoptarán medidas para reducir drásticamente el uso del agua en agricultura y ganadería, incluyendo la prohibición total del uso agrario en algunos casos.

En varias zonas de Centroeuropa, como la República Checa o Hungría, no ha llovido apenas desde febrero y ya se comienza a hablar de preocupación por una posible sequía que pueda afectar los cultivos.

En Italia hay una importante sequía en el valle del Po y ya se han anunciado medidas restrictivas en el uso agrícola.

En Marruecos, donde los cereales están ya en estado avanzo de cultivo se da por descontada una cosecha muy mala debido a la sequía, un 50% por debajo de la media de los últimos años.