En estos días de nuevas subidas del precio de los carburantes, vuelve a tomar fuerza la búsqueda de métodos de producción agrícola menos consumidores de energía, entre los que destaca el laboreo de conservación.
Según un estudio de la Universidad de Illinois, el mínimo laboreo restringido a la aplicación de amonio en la línea de siembra (strip-till) y la práctica de no laboreo con siembra directa, utilizan menos carburante y tienen menor coste que el laboreo convencional.
La economía del laboreo de conservación no solo depende del coste del carburante, sino también del de los otros insumos en los diferentes sistemas de producción. En este sentido, la Universidad ha elaborado un estudio comparativo de los diferentes sistemas en dos casos típicos en EEUU de cultivo de soja y maíz, en el que muestra la superioridad del laboreo de conservación.
El no laboreo y el laboreo en bandas tienen un consumo medio similar, de 2,4 galones por acre (unos 24 l/ha), el laboreo denominado” típico”, con pases de cultivadores y chisel de 37 l/ha; y laboreo “profundo” con cultivador y vertedera, de 40 l/ha.
Al precio actual de los combustibles la diferencia económica es considerable, pudiendo marcar las ganancias o pérdidas del cultivo. Los autores recuerdan, no obstante, que el uso de los combustibles en el laboreo, aun siendo importante, es solo una parte del consumo de combustible y que existen otras técnicas de reducir este consumo en otras áreas.
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