La Agencia de Seguridad de los Alimentos de EEUU (FDA) ha propuesto, en el marco de las medidas contra la EEB, modificaciones en la actual normativa sobre alimentación animal, con el fin de hacerla más restrictiva. Según éstas, estaría prohibido incluir en la alimentación de cualquier animal de producción:
– El cerebro y la médula espinal de vacuno de 30 o más meses.
– El cerebro y la médula espinal de vacunos de cualquier edad que no sean apto para el consumo humano.
– La canal completa de vacuno que no sea apto para consumo humano si no se le ha eliminado el cerebro y la médula espinal.
– Sebo que proviene de materiales prohibidos por la norma propuesta si contiene más de 1,5% de impurezas insolubles.
– Carne de vacuno separada mecánicamente si procede de materiales prohibidos por la regla propuesta.
Todas estas restricciones, salvo la del sebo, ya son de aplicación para la alimentación de los rumiantes.
A pesar de los rumores que circulaban antes de la presentación de la propuesta, ésta no incluye ninguna prohibición en torno a la basura de pollo, restos de catering y sangre.
La normativa sobre alimentación de rumiantes, introducida en EEUU en 1997, establece que los rumiantes no podrán ser alimentados con proteína de mamíferos exceptuando la sangre y productos derivados, los restos de catering y proteína procedente enteramente de porcino o de equino. Es decir, que los rumiantes si pueden alimentarse de harinas procedentes de porcino y equino, además de las procedentes de aves y pescado (por tratarse de no mamíferos).
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