La industria de alimentación y bebidas rechaza firmemente la decisión del Gobierno de incrementar los impuestos especiales de las bebidas con contenido alcohólico con el pretexto de hacer frente al déficit de la sanidad pública española, ya que considera que esta medida penaliza directamente al consumidor y es inútil para combatir el consumo indebido en nuestro país.
La industria alimentaria quiere dejar claro que no es lo mismo alcohol y tabaco. Existe un consenso científico internacional, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en considerar que el consumo moderado de alcohol por adultos sanos tiene un efecto positivo en la salud cardiovascular. De la misma forma que no hay alimentos buenos o malos, sino dietas correctas e incorrectas, los problemas ligados al consumo de bebidas son debidos a un uso abusivo, no a las bebidas con contenido alcohólico en sí.
La idea de gravar las bebidas alcohólicas con el pretexto de financiar la sanidad es por ello radicalmente injusta, ya que se atribuye a estos productos un efecto perjudicial que no tienen per se. Además esta medida será ineficaz para luchar contra el consumo abusivo de estos productos, dado que se producirá una sustitución por otros más baratos.
Por estos motivos, ningún Gobierno europeo utiliza los impuestos especiales sobre bebidas alcohólicas para financiar la sanidad, como ha reconocido expresamente el Consejo de Ministros de la UE (ECOFIN, 12 abril).
Este impuesto regresivo penalizará a los ciudadanos con menor poder adquisitivo, que dedican mayor porcentaje de su presupuesto familiar al gasto alimentario, frente al menor presupuesto dedicado a este apartado de las familias de mayor nivel económico.
La FIAB calcula que esta medida ocasionará un fuerte impacto en este sector así como en sus sectores dependientes: la agricultura, la distribución, la hostelería y el turismo, entre otros. El sector de bebidas con contenido alcohólico que se verá afectado por esta medida factura más de 8.500 millones de € y proporciona empleo directo e indirecto a más de 300.000 personas.
Finalmente, la medida es inflacionista, ya que el peso del precio de las bebidas con contenido alcohólico en el IPC es elevado, representando tanto como la carne de ave en el consumo domestico. Además el precio de estos productos incide también en la hostelería, ya que las ventas a través de este canal representan casi un 20% de este componente del IPC.-
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