Granada, 2 de septiembre de 2005.- La empresa PULEVA ha demostrado una vez más su prepotencia con los ganaderos granadinos, a quienes no ha querido pagar los 0’01 euros por litro de leche que debía aumentarles en el mes de agosto, según el compromiso adquirido con ellos. Y no se trata siquiera de una subida, sino de una devolución, porque esa misma cantidad se la ha venido descontado la citada empresa láctea a los ganaderos del precio base desde el mes de marzo. PULEVA simplemente impone sus precios y sus condiciones.
ASAJA GRANADA se reafirma, por tanto, en sus acusaciones a la citada empresa láctea de cultivar una política de precios injusta con los productores y contribuir de este modo al progresivo abandono en nuestra provincia de las explotaciones de vacuno de leche, que en tres años se han reducido ya en un 20%. Los precios que PULEVA les paga a los ganaderos, 0’ 28 euros de base por litro de leche, no cubren los costes de producción mientras que su propia cuenta de beneficios sigue aumentando sin parar, a pesar de todas las inestabilidades y leyes del mercado. No hay justificación alguna para los bajos precios que reciben los productores que, ante la industria, no tienen defensa alguna, al ser el eslabón más débil de la cadena y no tener siquiera libertad para vender la leche a otras marcas, por acuerdos tácitos entre las empresas lácteas que se reparte los territorios y los clientes. Esta es la realidad y no otra.
Desmantelamiento de la planta
ASAJA GRANADA recuerda, además, al presidente de PULEVA, Gregorio Jiménez, que la alerta del desmantelamiento de la planta de Granada fue lanzada a primeros de junio por sus propios trabajadores, quienes anunciaron entonces un recorte del 25% en la producción de leche a raíz del traslado a otros centros de España de dos máquinas de envasado de gran capacidad. Ellos mismos, a través del comité de empresa, manifestaron con este motivo su inquietud por la posible pérdida de puestos de trabajo e iniciaron una serie de movilizaciones en señal de protesta. A día de hoy la empresa no ha convencido a nadie de sus intenciones.
Las acusaciones de Gregorio Jiménez a ASAJA de crear un alarmismo innecesario carecen, por todo lo expuesto, de fundamento. ASAJA sí podría decir, en cambio, que PULEVA practica el “chantaje empresarial” porque siempre ha utilizado los puestos de trabajo que genera como moneda de cambio para conseguir subvenciones de la Junta de Andalucía y recalificaciones de terreno por parte del Ayuntamiento de Granada, bajo la amenaza de irse.
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