En la leche procedente de una explotación de vacas lecheras de Holanda se ha detectado una concentración excesiva de dioxina. El origen de esta dioxina procede de la peladura de patatas que se utilizaron para la alimentación de los animales. Dichas peladuras se habían contaminado con la arcilla adherida a ellas.
Actualmente se está comprobado si los niveles de dioxina en las carnes de los animales que han consumido las peladuras están dentro de los niveles. Hasta tener esta información, el Ministerio de Agricultura de Holanda ha decidido inmovilizar las 140 explotaciones lecheras sospechosas de poder estar contaminadas, para asegurar que dichos animales no van a la cadena alimentaria.
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