El Servicio de Investigación Agraria de EEUU (ARS) ha desarrollado un método para detectar si la remolacha tiene o no cercosporiosis antes de que sean visibles los síntomas. El método utiliza una reacción de la cadena de polimerasa (PCR) que identifica la presencia de los genes concretos de la cercospora, y es mucho más rápido que el que se hacía hasta ahora de aislar y cultivar el patógeno que llevaba más de dos semanas. Con este sistema en un solo día se puede saber si la cercospora está presente. La compañía Sigma-Aldrich ha desarrollado un kit para la aplicación del método.
La detección precoz de cercospora permite prever y evaluar la enfermedad y aplicar unos tratamientos fungicidas más precisos
Cercospora beticola es el hongo causante en la remolacha de esta enfermedad, cuyos síntomas son pústulas con un centro necrótico gris y márgenes rojizos. Los daños causan la deshidratación de las hojas y el decaimiento de la vegetación. La planta suele reaccionar con nuevos brotes que causan importantes pérdidas de peso y riqueza sacárica de la raíz. Se trata de un hongo sistémico, capaz de desplazarse dentro de las plantas. Los métodos de lucha más comunes son: utilización de variedades resistentes, tratamiento de las semillas, rotación de cultivos y tratamientos fungicidas.
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