La Asamblea General de ASAJA de Castilla-La Mancha aprobó el viernes por unanimidad convocar movilizaciones. Los dirigentes de la organización agraria han constatado el malestar generalizado de los profesionales del campo por la difícil situación que están atravesando sin que encuentren respuesta en las administraciones.

Por este motivo, la organización agraria ha convocado una reunión urgente el próximo lunes en Albacete, donde se decidirán los principales puntos reivindicativos y se definirán las actuaciones que se llevarán a cabo, el funcionamiento y las fechas de las mismas.

Los daños causados por la fauna silvestre, las limitaciones al sistema productivo, la ausencia de transparencia en el funcionamiento de la cadena agroalimentaria, la falta de agua o la gestión de la administración, son algunas de las principales causas que han motivado este malestar.

La plaga de conejos está causando numerosos daños en las explotaciones, al igual que otros animales de caza mayor como ciervos o jabalíes, por una mala gestión medioambiental y cuyas consecuencias las están pagando los agricultores afectados.

La política conservacionista está derivando en limitaciones en el sistema productivo, a las que hay que sumar las limitaciones naturales, como la escasez de agua, lo que supone un grave perjuicio para los profesionales del campo. La Asamblea ha lamentado que el agua sólo sirva para hacer política destructiva en vez de plantear propuestas para generar riqueza en la región.

Además, han manifestado su descontento por la deficiente gestión en la Administración regional, de la que aseguran que no hay rigor en la información de la gestión de las ayudas, lo que provoca incertidumbre en los agricultores a la hora de saber cuándo van a disponer de sus ayudas.

En cuanto a la cadena agroalimentaria, desde la Asamblea de ASAJA CLM, se ha acordado exigir a las administraciones un mayor control de la trazabilidad, puesto que a pesar de los avances conseguidos en esta materia, el equilibrio todavía no se ha alcanzado, como queda demostrado en los precios de los cereales y las oleaginosas, que en la actualidad están por los suelos.