La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, pondrá nombre, de manera coordinada con los servicios meteorológicos francés (Météo-France) y portugués (IPMA), (constituyen el Grupo Suroeste) a aquellas borrascas que se profundicen de tal manera que puedan producir un impacto significativo en estos países. Es el segundo año que los tres organismos adoptan esta medida, que busca dar a conocer este tipo de fenómenos meteorológicos de forma más efectiva. La nueva temporada de borrascas comenzó ayer 1 de octubre de 2018.
Las encuestas en estos dos países demostraron que la población estaba más atenta a las recomendaciones de seguridad cuando la amenaza de viento fuerte estaba claramente identificada y asociada al nombre de la borrasca.
Una borrasca se nombrará solo cuando se prevean condiciones que den lugar a la emisión de avisos de viento (en el caso de AEMET, racha máxima) de nivel naranja o rojo orientados a impactos asociados a dicha baja en alguno de los tres países del Grupo Suroeste. En el caso de España, tal como se indica en el documento de Umbrales y niveles de aviso del Plan Meteoalerta se trata de rachas máximas superiores a 90, 100 y 110 Km/h dependiendo de las zonas.
El servicio meteorológico que prevea emitir el primer aviso de nivel naranja o rojo le dará nombre a la borrasca, siguiendo la siguiente lista preestablecida en el Grupo Suroeste para la temporada 2018-2019 e informando al resto de países (tanto del Grupo Suroeste como del Grupo Oeste).
Para esta temporada, los nombres elegidos son Adrián, Beatriz, Carlos, Diana, Etienne, Flora, Gabriel, Helena, Isaias, Julia, Kyllian, Laura, Miguel, Nicole, Óscar, Patricia, Roberto, Sara, Teo, Vanessa y Walid.
Una de las novedades de esta nueva temporada es que los Grupos Oeste y Suroeste estarán más coordinados, de manera que cuando uno de ellos establezca un nombre para una borrasca, el otro deberá respetarlo para evitar duplicidades. Además, el Grupo Suroeste también nombrará a las borrascas de gran impacto que se formen en el Mediterráneo occidental, las que afecten desde Córcega hacia el oeste. La pasada temporada tan solo se ponía nombre a las borrascas procedentes del Atlántico.
Aunque para nombrar una borrasca es necesario que se prevea que genere vientos muy intensos, normalmente suelen ir acompañadas de otros fenómenos adversos, como temporal marítimo y, en tierra, lluvias y/o nevadas intensas. Asimismo, es necesario recordar que los avisos asociados a vientos locales o regionales (cierzo, tramontana, levante del Estrecho, etc.) no se tendrán en cuenta a la hora de nombrar a las borrascas con gran impacto.
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