Un joven avicultor francés, que lleva 10 años criando pollos, ha sido una última víctima de los actos vándalicos contra las explotaciones agrarias, que en los últimos meses se están intensificando tanto en España, como en otros países, bajo la supuesta defensa de los animales.

El vandalismo se produjo en la noche del 16 al 17 de septiembre en la localidad francesa de Normandel, en Perche. El avicultor se despertó por la noche, por los ladridos de su perro y cuando se acercó a su explotación, situada a 100 m de su casa, vio como estaban en llamas sus tres naves de pollos. Las naves estaban vacías en ese momento porque estaban a la espera de nuevas entradas de pollos y pavos.

En las paredes de las naves incendiadas, a las que acudieron 30 bomberos para apagar el fuego poniendo en peligro sus vidas, han aparecido pintadas con frases como «Campo de muerte» o «Asesino».

El Ministro francés de Agricultura se personó ayer en la explotación afectada para dar su apoyo al avicultor, que ha visto como todo su esfuerzo de 10 años se ha reducido a cenizas en una sola noche, de mano de unos desalmados.