Los altos costes de producción junto a los buenos precios que está alcanzando el maíz y el girasol está provocando incertidumbre en la siembras entre los patateros del norte y centro de Europa. A principios de este año se esperaba que los costes de producción para esta campaña podrían aumentar entre un 15-20%. No obstante, desde la guerra en Ucrania, tanto los precios de la energía como de los combustibles se han multiplicado por 2, 3 o 4. Además, otra variable es la meteorología.

Ante esta situación, los patateros tratan de negociar precios más altos con sus compradores o condiciones más flexibles. No obstante, la NEPG (Asociación europea que agrupa a los productores de patata de Francia, Alemania, Holanda y Bélgica) no cree que haya grandes cambios en los precios de compra, tanto en patata de consumo como de transformación, aunque los mercados hayan estado algo vacilantes las últimas semanas. No obstante, existe cierto grado de incertidumbre en cuanto a la disponibilidad y coste del aceite de freír (para las próximas semanas y meses), así como dificultades logísticas (contenedores y transporte) y mayores costes relacionados.

Desde la NEPG recomiendan que las incertidumbres en los costes de producción deben tenerse en cuenta cuidadosamente en los contratos y en la superficie sembrada.