En Francia, las negociaciones comerciales entre fabricantes y distribución tiene que obligatoriamente ser anuales y cerrarse entre el 1º de diciembre al 28 de febrero de cada año. Hay una normativa francesa que así lo regula y que hace que Francia sea única en este sentido, ya que no ocurre en ningún otro lugar.
Durante años, si bien se ha hablado mucho de la dureza de estas negociaciones nunca se había cuestionado el calendario establecido. No obstante, este año, con la elevada inflación existente, la situación ha cambiado. Dominique Schelcher, presidente de System U, que es una de las cadenas de distribución más importantes de Francia, cree que en un período tan inflacionario, las negociaciones deben de ser permanentes entre productores y comerciantes, para tener en cuenta la evolución del precio de las materias primas.
Hace unos días, el gobierno francés anunció el Trimestre Antiinflacionario. El gobierno consiguió que la distribución accediera de manera voluntaria, a limitar la subida de precios de los productos básicos que cada cadena considerara. A cambio, el gobierno permitiría la reapertura de las negociaciones el próximo mes de junio. Para Schelcher, se trata de una cita aún demasiado lejana y cree que se tendría que poder negociar durante todo el año. Recuerda que fue precisamente lo que el Gobierno les pidió que hicieran el año pasado, cuando los precios de los productos básicos se dispararon después de que comenzara la guerra. En ese momento, todos estuvieron de acuerdo en esta necesidad. Ahora que la tendencia está empezando a revertirse, la distribución ve que los fabricantes están mucho menos ansiosos por volver a la mesa de negociación.
Schelcher opina que «una nueva situación precisa un nuevo método». Propone que se permita negociar durante todo el año para que los precios de venta sigan lo más de cerca posible la evolución del mercado, especialmente cuando están cayendo.
El presidente de Systeme U hace esta petición mientras circula paralelamente la propuesta de abolir uno de los pilares constitutivos de la ley EGalim 2 (la ley de la cadena alimentaria en Francia). Este pilar establece que hay que aplicar un margen obligatorio del 10 % sobre el umbral de reventa a pérdida de un producto alimenticio. Esta propuesta de abolición surge de varias asociaciones de consumidores y de alguna otra cadena de distribución.. Para Schelcher, la propuesta entraña el riesgo de retroceder en una victoria de los últimos años: el aumento de los ingresos agrarios de + 16% en 2022 después de un aumento de + 11% en 2021. La preservación del poder adquisitivo de los franceses no puede hacerse a expensas de los ingresos de los agricultores, según Schelcher.
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