Los parques fotovoltaicos en España ocupan una 50.000 ha que equivalen a un 0,2 % de la superficie agraria útil, de acuerdo con los datos del Ministerio de Agricultura, recogidos en el informe “Extensión de los parques fotovoltaicos en España”, con datos obtenidos a pie de campo a través de la Encuesta de Superficies y Rendimientos de Cultivo (Esyrce) correspondientes a 2023.
Por comunidades autónomas, Castilla-La Mancha y Extremadura presentan el mayor desarrollo fotovoltaico, con cerca de 11.460 y 11.340 hectáreas respectivamente, lo que representa el 48 % de la superficie total de parques fotovoltaicos en España.
No obstante, si finalmente se ejecutan la totalidad de los proyectos evaluados de grandes instalaciones fotovoltaicas (superiores a 50 megavatios), la superficie podría alcanzar en los próximos años las 100.000 hectáreas.
Respecto a su evolución, el crecimiento acumulado de la superficie de los parques fotovoltaicos desde 2016 es de 31.000 hectáreas, incremento que en términos relativos es del 166 %. En los últimos tres años la tendencia se ha acelerado y el crecimiento anual supera el 20 %.
Los cambios en el uso del suelo entre los años 2012 y 2022, muestran que un 82 % de las aproximadamente 23.000 nuevas hectáreas de paneles solares provienen de tierras de secano, un 11 % de tierras de regadío y un 7 % de superficies forestales y no agrarias. Por cultivos, el cambio a parques fotovoltaicos se ha realizado principalmente desde cereales, girasol y olivar, así como de tierras en barbecho.
El MAPA quiere promover la convivencia
El Ministerio de Agricultura lidera el grupo de trabajo interministerial sobre energía agrivoltaica, cuya finalidad es, entre otras, identificar criterios y requisitos que permitan definir el concepto de energía agrivoltaica, al mismo tiempo que se promueve un marco regulatorio acorde a las inversiones de las empresas energéticas hacia este tipo de proyectos.
En los sistema agrivoltaicos, la generación eléctrica proveniente de fuente solar es plenamente compatible con la producción agraria y así conviven sobre una misma superficie, de tal forma que la actividad agraria se sitúa como uso principal y la producción de energía como secundario.
Vaya con lo bien enterados que están los del Ministerio de ahora.
La gente abandona el trabajar sus tierras porque no saca nada. El problema es económico o de subsistencia, como quieran llamarlo. Si se ganara trabajando lo suficiente para poder vivir, los campos no estarían abandonados. Ahora, como en todo lo que pueda producir ingresos, tienen la losa de los impuestos, que siendo necesarios, son exagerados. Así se fomenta el abandono y el paro y en eso de no hay Partidos, sino problema de todos, menos de los «nuevos ricos» del Parlamento y similares.