En 2015, Francia alcanzó su récord de siembras de trigo blando, llegando a 5 Mha. Desde 1990, los agricultores franceses han ido poniendo más trigo cada año, pero a partir de ahí, el trigo fue teniendo menos interés, hasta llegar a 2024 con 700.000 ha menos, es decir, con 4,3 Mha. Esta es una superficie similar a la de 1993, de acuerdo con los datos del Ministerio francés de Agricultura.
La cebada, por otra parte, se ha convertido en una opción cada vez más atractiva para el agricultor francés. Si bien, las siembras de cebada son la mitad que las de trigo, desde 1990 no han parado de crecer, llegando a 2 Mha en 2024 y superando a la superficie de maíz en 2015.
En el caso del maíz, sus siembras no han dejado de descender desde 1990. En 2024 se registró un aumento del 21,4% en las superficies maiceras respecto a 2023, pero fue excepcional y como consecuencia del aplazamiento de la siembra de los cultivos de invierno a los de primavera.
Con respecto al trigo duro, desde 1990 a 2010 fueron aumentando, pero desde entonces, se han reducido a la mitad, alcanzando 240.000 ha en 2024. La diferencia de precio entre el trigo duro y el blando no es lo suficientemente elevada para hacer que el cultivo de trigo duro sea atractivo.
Las oleaginosas han sido la gran apuesta de los agricultores franceses frente a los cereales. La superficie de semillas oleaginosas ha aumentado, en general, desde 1990, y particularmente en 2022 y 2023 (tras el estallido de la guerra en Ucrania). En 2024 se estiman en 2,3 Mha, un nivel históricamente elevado, de las que 1,3 Mha son de colza, la principal semilla oleaginosa cultivada en Francia. La superficie de girasol es 800.000 ha y la de soja en 150.000 ha.
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