Un estudio ha revelado que el cambio climático está provocando una mayor sincronía en el crecimiento de los árboles, lo que los hace más vulnerables a fenómenos extremos.
La investigación ha analizado el crecimiento anual de los hayedos situados en el límite sur de su distribución, utilizando técnicas dendrocronológicas para evaluar cómo ha cambiado su desarrollo en las últimas décadas. Desde los años 70, los datos muestran un aumento progresivo en la sincronía de crecimiento debido a la mayor frecuencia de eventos climáticos extremos, lo que confirma el impacto directo del cambio climático en los ecosistemas forestales.
Según el estudio, la intervención humana también juega un papel fundamental en esta tendencia. La transformación del paisaje a través de la gestión forestal y los cambios en el uso del suelo han modificado las dinámicas de crecimiento de los árboles, haciendo que aquellos situados en bosques homogéneos sean los más vulnerables al cambio climático.
La importancia de los bosques diversos y maduros
Los investigadores han destacado que los bosques con mayor diversidad estructural, es decir, aquellos con árboles de diferentes edades y tamaños, son más resilientes frente a los efectos del cambio climático. Paloma Ruiz-Benito, investigadora de la Universidad de Alcalá, subraya que los bosques más diversos, como los maduros, ofrecen una mayor capacidad de adaptación ante fenómenos climáticos extremos. Sin embargo, este tipo de ecosistemas son cada vez más escasos en Europa.
De manera inesperada, el estudio ha encontrado que los bosques de hayas trasmochos –caracterizados por su estructura abierta con múltiples brotes en el tronco principal y que son comunes en Gipuzkoa– muestran una notable resistencia al cambio climático. Este tipo de gestión forestal tradicional, utilizada históricamente para la obtención de leña sin talar completamente los árboles, parece conferirles una mayor capacidad de adaptación.
Beneficios de la diversidad forestal
Según los autores, incrementar la diversidad estructural en los bosques no solo reduce la sincronía en el crecimiento de los árboles, sino que también disminuye su mortalidad, aumenta la capacidad de secuestro de carbono y fomenta la biodiversidad al proporcionar una mayor variedad de hábitats. La gestión forestal orientada a preservar esta heterogeneidad podría ser una estrategia clave para mitigar los impactos del cambio climático en los ecosistemas forestales europeos.
La investigación, publicada en la revista Forest Ecology and Management ha sido lelaborado por un equipo multidisciplinar de investigadores de varias universidades españolas. Entre ellos, se encuentran expertos del Grupo de Ecología y Restauración Forestal (FORECO) del Departamento de Ciencias de la Vida de la Universidad de Alcalá, la Universidad Rey Juan Carlos, la Universidad de Valladolid, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).
El proyecto ha contado con el respaldo de diversas instituciones, entre ellas el Ayuntamiento de Oñati, el Gobierno Vasco (a través del grupo consolidado FisioKlima-AgroSosT, IT1682-22), la Agencia Estatal de Investigación Española (proyecto IB-ForRes, PID2021-123675OB-C41) y el programa Horizonte Europa de la Unión Europea (proyecto CLIMB-FOREST, No 101059888).
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