Se ha presentado el primer censo ibérico del conejo de monte, una herramienta clave para comprender el estado de esta especie en la península y guiar su gestión. El resultado es un mapa de densidad con un nivel de detalle sin precedentes a nivel nacional, con resolución de 2×2 kilómetros, que revela importantes contrastes en la distribución del conejo. El proyecto LIFE Iberconejo ha desarrollado este censo, que ha sido posible gracias a la colaboración de administraciones públicas, entidades científicas y personas voluntarias del ámbito cinegético y conservacionista.
El mapa muestra la doble cara del conejo de monte: su densidad es alta principalmente en cuatro grandes zonas españolas asociadas a medios agrícolas —las mesetas sur y norte, y los valles del Ebro y Guadalquivir—, donde se concentra el conflicto con la agricultura, mientras que hay otros grandes espacios ibéricos donde el conejo escasea. Eso incluye las zonas con predominio del monte mediterráneo, como Sierra Morena, las sierras extremeñas o gran parte de Portugal, donde debería cumplir su papel ecológico como especie presa y donde su caza genera beneficios socioeconómicos.
El estudio pone de manifiesto una caída del 17,6 % en las poblaciones de conejo de monte entre 2009 y 2022 en las regiones analizadas: Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal. Esta disminución es especialmente alarmante en zonas de monte, donde el declive alcanza el 57,75 %, frente al 10,17 % en las áreas agrícolas, donde incluso se detecta cierta recuperación en los últimos años.

Metodología y colaboración institucional
El modelo que sustenta este censo ha sido desarrollado por investigadores del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), combinando datos de capturas cinegéticas, observaciones directas y análisis del hábitat. El trabajo ha contado con el respaldo del Ministerio de Agricultura de España, el ICNF portugués y las comunidades autónomas, con el objetivo de estandarizar los sistemas de monitoreo y coordinar la recogida de datos a escala ibérica.
Estos esfuerzos se integran en la Estrategia Nacional de Gestión Cinegética española, que contempla el desarrollo de sistemas de información interoperables y basados en la mejor ciencia disponible.
Un seguimiento que continuará tras el proyecto
Aunque el proyecto LIFE Iberconejo finaliza en junio de 2025, las administraciones implicadas se han comprometido a mantener el seguimiento de la especie y ampliar la vigilancia a aspectos como enfermedades o daños agrícolas. Esta continuidad será esencial para responder a un escenario en el que el conejo de monte se encuentra amenazado en sus hábitats naturales, mientras sus poblaciones se disparan en entornos agrícolas menos propicios para la biodiversidad.

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