El Departamento de Agricultura de Cataluña está ultimando un paquete de medidas dirigidas a afrontar los principales retos del sector de la avellana en la CA, con el objetivo de garantizar su continuidad y mejorar su competitividad. Entre las primeras acciones ya activadas, destaca la publicación de las bases de las ayudas para la recuperación de los avellanos afectados por la sequía, que prevén hasta un 100 % de subvención para inversiones en arranque y replantación.
El plan, que abarcará el periodo 2025-2028, se estructura en torno a cinco ejes estratégicos con actuaciones orientadas tanto a la sostenibilidad como a la valorización de la producción:
- Producción sostenible y sanidad vegetal, mediante la creación del Hub de Sanidad Vegetal de los Frutos Secos, donde se identificarán prioridades en investigación e innovación para mejorar la sanidad del cultivo.
- Financiación específica, con nuevas líneas de ayuda que cubran la totalidad de la superficie actual de cultivo de avellano en Cataluña, cifrada en 7.654 hectáreas.
- Calidad y diferenciación, con iniciativas para establecer sistemas de calidad que refuercen el posicionamiento comercial de la avellana catalana.
- Comercialización y promoción, a fin de incrementar el valor de mercado y mejorar la rentabilidad de las explotaciones.
- Mejora del riego y eficiencia hídrica, para asegurar un suministro de agua más sostenible y adaptado a las necesidades del cultivo en zonas de pluviometría limitada como el Camp de Tarragona.
En este marco, el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), en colaboración con la Diputación de Tarragona, ha puesto en marcha una plataforma demostrativa para transferir conocimiento sobre estrategias de riego eficiente, adaptación del cultivo al cambio climático y viabilidad del uso de aguas residuales depuradas como fuente alternativa. La plataforma contempla parcelas experimentales y jornadas de transferencia dirigidas a productores.
El cultivo del avellano en Cataluña se enfrenta actualmente a una elevada sensibilidad al estrés hídrico, térmico y salino, lo que hace imprescindible optimizar tanto el manejo del riego como la arquitectura del árbol para mejorar su respuesta fisiológica. La plataforma desarrollada por el IRTA pretende ser una herramienta clave para ayudar a los productores a adaptar sus explotaciones a las nuevas condiciones climáticas, mejorando la resiliencia y la rentabilidad del sector.
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