La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha reaccionado con profunda preocupación ante la propuesta de presupuestos de la Unión Europea para el periodo 2028-2034, presentada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La organización agraria considera que la reforma supone un paso más en la progresiva pérdida de peso de la Política Agraria Común (PAC), tanto a nivel presupuestario como estructural.
Según los cálculos de UPA, el recorte planteado situaría el presupuesto agrario en 300.000 millones de euros, frente a los 386.000 millones actuales, lo que supone entre un 20 % y un 30 % menos. Esta reducción continúa una tendencia iniciada en los años ochenta, cuando la PAC representaba más del 70 % del presupuesto de la UE. De aprobarse la nueva propuesta, el peso de la PAC quedaría en torno al 20 %.
Pérdida de autonomía y riesgo de ruptura en el trato a los agricultores
Uno de los elementos más criticados por UPA es la pérdida de autonomía de la PAC, que pasaría a estar integrada en un fondo común con otras políticas comunitarias. Esta renacionalización de la política agraria dejaría el diseño y la asignación de ayudas en manos de los Estados miembros, lo que, según la organización, rompería la igualdad de trato entre productores de un mismo espacio económico.
Además, la propuesta incluye una estructura de ayudas completamente nueva, lo que, a juicio de UPA, incrementará la complejidad de su aplicación y podría generar caos en el proceso de definición, gestión y reparto.
Elementos para el debate
A pesar del rechazo general a la estructura y al recorte presupuestario, UPA reconoce que la propuesta contiene algunos elementos que podrían abrir líneas de debate. Entre ellos destacan:
- Posible acceso a nuevos fondos por parte del sector agrario, al integrarse la PAC en un fondo más amplio.
- Recomendación de orientar las ayudas en función del peso de la actividad agraria en la renta del beneficiario.
- Mantenimiento de ayudas a agricultores pluriactivos y establecimiento de un régimen simplificado para pequeños productores.
- Propuesta de un reparto más equitativo, con reducción de ayudas a medida que aumentan las hectáreas.
- Obligación para los Estados miembros de elaborar planes de relevo generacional.
- Refuerzo de las ayudas a zonas con limitaciones naturales.
- Aumento del fondo de ayudas de crisis, especialmente relevante ante el cambio climático.
- Continuidad de las ayudas asociadas a sectores especialmente sensibles.
Un proceso largo que podría acabar en movilizaciones
Desde UPA recuerdan que la propuesta presentada marca el inicio de un largo proceso de reforma. En otoño se conocerá la valoración del Parlamento Europeo, y a finales de 2027 deberán concluir las negociaciones con el Consejo y la Eurocámara. Durante este tiempo, la organización espera que se intensifiquen las negociaciones internas dentro de los Estados miembros, con participación activa del sector y de las comunidades autónomas.
La organización advierte de que, si no se rectifican los elementos más lesivos de la propuesta, podrían producirse movilizaciones de alta intensidad en toda Europa. “No luchamos solo por ayudas justas, sino por asegurar el futuro de la alimentación en Europa”, advierten.
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