La propuesta de reforma de la Política Agrícola Común (PAC) para el periodo posterior a 2027 mantiene una estructura continuista y, según denuncia la Federación Europea de Sindicatos de la Alimentación, Agricultura y Turismo (EFFAT), presenta graves carencias en materia de protección laboral y ambición social. La organización lamenta que el cambio de nombre de «condicionalidad» a «administración agrícola» no se haya traducido en mejoras sustanciales para los trabajadores agrícolas.
Críticas a la condicionalidad social: continuidad sin avances
Aunque la presión sindical ha logrado evitar una desregulación total, la EFFAT considera que el diseño actual de la condicionalidad social sigue siendo insuficiente. Entre los aspectos señalados, destaca la ausencia de incentivos que premien la creación de empleo de calidad o el cumplimiento de estándares sociales. Los pagos directos continúan vinculados principalmente a la superficie cultivada, sin considerar la calidad ni la cantidad del empleo generado en las explotaciones agrarias.
Artículo 62: un punto crítico para los derechos laborales
Uno de los puntos más controvertidos del proyecto normativo es el artículo 62 del nuevo Reglamento para la creación del Fondo Europeo de Prosperidad y Seguridad Sostenibles, que introduce excepciones que podrían debilitar el alcance de las sanciones y controles en materia laboral.
Por un lado, se propone eximir a las explotaciones de menos de 10 hectáreas de la condicionalidad social, lo que, según la EFFAT, dejaría fuera del control a más del 70% de las explotaciones de la UE. Esto supondría una desprotección estructural para miles de trabajadores del campo, reforzando la idea de que el respeto a los derechos laborales depende del tamaño de la explotación.
Por otro lado, la propuesta incluye la posibilidad de reducir las sanciones previstas por la PAC en caso de que ya se hayan impuesto sanciones laborales nacionales. La EFFAT considera que esto pone en riesgo la coherencia del sistema, ya que se mezclan dos mecanismos con funciones distintas: uno destinado a garantizar el cumplimiento de la legislación laboral, y otro centrado en asegurar el uso responsable de los fondos públicos.
Preocupación por la creación de un Fondo Único
Otro motivo de alarma para la EFFAT es el posible establecimiento de un Fondo Único que fusione los recursos de la PAC con los de cohesión territorial. La organización alerta de que esta fusión puede derivar en una mayor fragmentación, competencia presupuestaria entre sectores y una renacionalización de los fondos, dejando en manos de los Estados miembros la responsabilidad de proteger —o no— los derechos laborales en el sector agrario.
Además, la EFFAT denuncia el recorte del presupuesto de la PAC, que pasaría de 386,6 M€ a 302 M€, una disminución del 22%. Este recorte se produce en paralelo a un incremento del gasto militar, lo que, según el sindicato, refleja un preocupante alejamiento de las prioridades sociales y agrícolas en la política europea.
La EFFAT exige una PAC centrada en el trabajo decente
Para la EFFAT, es imprescindible que la futura PAC se convierta en una herramienta capaz de promover el trabajo decente, salarios justos y condiciones seguras para todas las personas que trabajan en el sector agrícola. La federación sindical ha anunciado que continuará su labor de incidencia durante todo el proceso legislativo, colaborando con el Parlamento Europeo y el Consejo para garantizar que las prioridades sociales no vuelvan a quedar relegadas.
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