Timmermans lo soñó, von der Leyen lo hizo realidad. Si la Comisión Europea hubiera querido fomentar el populismo y la incomprensión en las zonas rurales, no podría haberlo hecho mejor.
Así comienza un contundente comunicado de prensa que ha emitido la organización agraria Farm Europe, en el que rechaza la nueva propuesta de reforma de la Política Agrícola Común (PAC) presentada por la Comisión Europea, calificándola como un “duro golpe” para la agricultura europea y una “ruptura del vínculo entre la UE y sus agricultores”.
Según Farm Europe, la propuesta supone un recorte cercano al 20 % del presupuesto de la PAC al establecer un techo de 300.000 M€, muy por debajo de los 395.000 M€ necesarios para mantener su nivel en 2027, y de los 482.500 M€ requeridos para conservar el presupuesto de 2020. Este ajuste presupuestario, a juicio de la organización, convierte a los agricultores en “los grandes perdedores del legado de Ursula von der Leyen”. Consideran que la presidenta de la CE ha traicionado a los agricultores de la UE.
Críticas al enfoque ambientalista y a la pérdida de cohesión
La organización alerta de que la PAC queda subordinada a un marco único de rendimiento basado exclusivamente en indicadores ambientales y sociales —32 en total— que ignoran la dimensión económica de la agricultura. También denuncia una doble condicionalidad ambiental, la imposición del principio de “no causar daño” a todos los fondos, y una arquitectura verde sin una base común para todos los Estados miembros, lo que generaría desigualdades y distorsiones entre agricultores.
El documento también alerta de un proceso de renacionalización de la política agraria, mediante un sistema de aplicación “a la carta” que, según Farm Europe, elimina la coherencia y el sentido común de la PAC como política común europea.
Inquietudes sobre ayudas, rentas y producción
Aunque se reconoce como positiva la renovación de los pagos vinculados a la producción y la diferenciación territorial de las ayudas a la renta, Farm Europe considera que la falta de criterios comunes favorece la competencia desleal entre agricultores. También se critica el planteamiento de degresividad y limitación de ayudas como incoherente con los objetivos productivos que la UE asegura defender.
En materia de transición ecológica, la organización denuncia que los compromisos ambientales y las medidas voluntarias de transición —estas últimas limitadas a 200.000 €— no cuentan con una base armonizada, lo que pone en peligro la igualdad de condiciones entre Estados miembros.
Petición de una respuesta firme de los colegisladores
Farm Europe hace un llamamiento urgente a los Estados miembros y al Parlamento Europeo para que rechacen esta propuesta, a la que considera perjudicial no solo para el sector agrario, sino para el conjunto del proyecto europeo. A su juicio, la Comisión Europea “parece haber abandonado el interés general” en un momento crítico para las zonas rurales.
No obstante, reconoce algunos aspectos positivos, como la intención de desarrollar una auténtica política europea de gestión de riesgos y una reserva de crisis reforzada, cuya dotación se ha duplicado hasta los 6.300 M€. También destaca el giro favorable hacia el aprovechamiento de pastos en la ganadería y la protección de las denominaciones de origen cárnico.
Por último, Farm Europe acoge con cautela la voluntad expresada por la Comisión de impulsar la digitalización del sector, aunque advierte que aún no se han concretado herramientas sólidas para que estas transformaciones tengan un impacto real.
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