La campaña del girasol en Córdoba ha cerrado con un incremento del 4,42 % en la superficie cultivada respecto al año anterior, hasta alcanzar las 24.730 ha. El aumento se explica por las lluvias primaverales, que afectaron a las leguminosas y llevaron a muchos agricultores a optar por el girasol, favorecidos por unas condiciones meteorológicas más favorables que en campañas previas, según Asaja Córdoba.
A pesar de este repunte en superficie, los resultados productivos no han sido positivos. Los rendimientos medios se han situado entre 800 y 1.000 kg/ha, lo que ha obligado a numerosos productores a dar parte de siniestro al seguro agrario por no alcanzar los mínimos exigidos. Además, los rendimientos grasos han sido muy desiguales, con mejores resultados en las siembras tempranas frente a las tardías.
La siembra estuvo marcada por la irregularidad en las fechas, comenzando en febrero y prolongándose hasta finales de mayo debido a las lluvias, que retrasaron el calendario habitual.
En el ámbito de los precios, las cotizaciones han sido algo superiores a las de la campaña pasada, pero insuficientes para garantizar la rentabilidad del cultivo. El girasol alto oleico arrancó en 545 €/t y el linoleico en 450 €/t, valores que, sumados a los bajos rendimientos, no permiten cubrir los costes de producción.
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