Ayer se cumplió un año de la DANA más devastadora registrada en España, un episodio meteorológico que dejó 229 víctimas mortales y pérdidas superiores a 17.000 M€, según estimaciones del Banco de España. El sector agrario fue uno de los más afectados, con miles de explotaciones dañadas que todavía no han logrado recuperarse.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha denunciado la decisión del Consell de la Generalitat Valenciana de eliminar la línea presupuestaria “DANA 2024. Ayudas para la recuperación del potencial productivo de las parcelas afectadas por la DANA de octubre de 2024”, dotada inicialmente con 26,7 M€. La supresión, publicada en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana el pasado 17 de octubre, deja sin respaldo económico a cientos de agricultores que siguen afrontando las consecuencias del temporal.
Según ha señalado UPA País Valenciano, esta medida supone abandonar a su suerte a los productores más afectados, muchos de los cuales podrían optar por dejar definitivamente sus tierras. La organización califica la decisión de “grave error político y económico” y advierte de que la falta de apoyo agravará el abandono de tierras y la pérdida de capacidad productiva en la región, ya mermada por los efectos del cambio climático.
UPA recuerda que la agricultura valenciana, especialmente la familiar, lleva años sufriendo el impacto combinado de crisis climáticas, de mercado y de costes. La eliminación de las ayudas a la recuperación, señala la organización, “supone dar la espalda a quienes sostienen la producción local de alimentos y el mantenimiento del paisaje agrario”. Por ello, la entidad exige al Consell que restablezca la línea suprimida y habilite mecanismos ágiles para que los agricultores afectados puedan rehabilitar sus explotaciones.
Un año marcado por la pérdida y la reconstrucción
El secretario general de UPA País Valenciano, Ricardo Bayo, ha descrito el año transcurrido desde la DANA como “un año horrible” para las víctimas y para el conjunto del sector. Reconoce que, aunque se ha avanzado en la reconstrucción y se han distribuido ayudas —en su mayoría procedentes del Ministerio de Agricultura—, estas siguen siendo insuficientes para cubrir la magnitud de los daños sufridos.
Bayo ha insistido en la necesidad de extraer lecciones de lo ocurrido y de adaptar las políticas agrarias y climáticas para evitar que se repitan tragedias similares. “El cambio climático ha mostrado con Valencia su peor cara, la más dramática. No podemos seguir mirando hacia otro lado”, ha afirmado.







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