El informe Food Outlook de la FAO indica que
El mercado mundial de aceite de oliva encara la campaña 2025/26 con una recuperación progresiva del consumo, de acuerdo con el informe semestral Food Outlook de la FAO, que esta edición ha incluido un análisis específico del mercado del aceite de oliva. Este avance del consumo se explica por el descenso de los precios internacionales desde mediados de 2024, después de dos campañas marcadas por una oferta muy limitada debido a las sequías prolongadas, especialmente en España. Según la FAO, los precios más asequibles permitieron que el consumo comenzara a recuperarse desde principios de 2025, aunque el organismo advierte de que la utilización global no alcanzará aún los niveles récord previos a 2022/23 debido a los bajos stocks de arranque.
Aumento del comercio internacional
En este contexto, el comercio mundial de aceite de oliva podría superar 1,3 M t y alcanzar un máximo histórico durante la campaña 2025/26. La Unión Europea mantendría su liderazgo exportador, apoyada por una mayor disponibilidad en España. No obstante, la FAO señala que los aranceles aplicados por Estados Unidos podrían limitar parte del crecimiento comercial.
La organización también destaca que Túnez podría registrar una cosecha récord, lo que aumentaría su peso en las exportaciones globales. En cambio, la menor producción prevista en Turquía reducirá su capacidad exportadora respecto a campañas anteriores. En el lado importador, la FAO prevé que los menores precios estimularán las compras en Brasil, China, la Unión Europea y Estados Unidos.
Retos persistentes para la producción
Pese a la recuperación parcial del mercado, la FAO alerta de que el sector del aceite de oliva seguirá enfrentándose a desafíos estructurales durante 2025/26. Entre ellos subraya la irregularidad climática y la continuidad de sequías prolongadas en áreas de producción clave, factores que reducen los rendimientos y pueden perjudicar la calidad del aceite. La organización también destaca que las temperaturas excesivamente altas favorecen la expansión de enfermedades como Xylella fastidiosa.
El informe recuerda además que, al tratarse de un cultivo intensivo en mano de obra, el sector es especialmente vulnerable al aumento de los costes laborales y de insumos, que afectan directamente a la rentabilidad de los pequeños productores.
Necesidad de un marco comercial estable
La FAO afirma que un entorno comercial estable y predecible será clave para la competitividad del sector en los próximos años. La organización subraya que la claridad regulatoria y la consistencia en las políticas comerciales ayudan a reforzar las relaciones entre productores, distribuidores y compradores internacionales, además de reducir costes de cumplimiento.
El informe también incide en la importancia de los controles fronterizos y de las medidas contra el fraude, dada la estrecha relación entre la calidad del aceite de oliva y su origen. Una regulación eficaz permitiría reforzar la confianza del consumidor y sostener la demanda en los mercados finales.





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