Un estudio publicado en Frontiers in Plant Science describe cómo un equipo de investigadores ecuatorianos ha desarrollado una estrategia biotecnológica basada en edición genética para reducir la virulencia del hongo responsable de la marchitez por Fusarium, una de las enfermedades más destructivas del cultivo del banano. El avance se presenta como una alternativa ante la expansión de la variante Tropical Raza 4 (Foc TR4), que amenaza de forma directa a Ecuador, principal exportador mundial de banano.

Una enfermedad con impacto global y difícil de controlar
La marchitez por Fusarium, causada por Fusarium oxysporum f. sp. cubense (Foc), coloniza las raíces del banano e interrumpe el transporte de agua y nutrientes, provocando finalmente la muerte de la planta. Su capacidad para permanecer en el suelo durante décadas ha limitado la eficacia de los métodos tradicionales de control, como el uso de fungicidas o cuarentenas. La aparición y rápida expansión de Foc TR4 ha agravado el riesgo para la industria bananera, que sostiene miles de empleos y representa un componente clave de la seguridad alimentaria en numerosos países tropicales.
Un enfoque innovador: editar el patógeno en lugar de la planta
Frente a la ineficacia de las estrategias convencionales, los investigadores ecuatorianos optaron por emplear la herramienta de edición genética CRISPR-Cas9 directamente sobre el hongo. La metodología permite realizar cortes específicos en regiones concretas del ADN para desactivar genes asociados a la virulencia.
El estudio se centró en el gen SIX9, perteneciente a la familia de genes Secretados en el Xilema (SIX), cuya expresión resulta esencial durante la colonización de la planta. Al desactivar este gen, el equipo consiguió debilitar la capacidad infectiva del hongo y reducir su agresividad a nivel molecular.
Resultados y posibilidades de aplicación
Los resultados demostraron que desactivar el gen SIX9 disminuye significativamente la capacidad del patógeno para colonizar la planta de banano, ofreciendo una base sólida para estrategias futuras orientadas a generar cepas menos virulentas. Esta aproximación representa un cambio respecto a los métodos tradicionales, al centrarse en el microorganismo causante en lugar de intervenir sobre la planta o aplicar medidas de erradicación del cultivo.
El desarrollo del protocolo también abre la puerta a producir cepas atenuadas que podrían emplearse como modelos experimentales o incluso como posibles bioagentes competitivos frente a variantes más peligrosas en el campo. Además, la técnica se considera rápida, reproducible y escalable, lo que facilita que pueda adaptarse en otros entornos de investigación.
Relevancia para la agricultura tropical
El estudio destaca la importancia económica y social del cultivo del banano en Ecuador y en otras regiones tropicales afectadas por la marchitez por Fusarium. La investigación posiciona al país como un referente regional en biotecnología aplicada al manejo de enfermedades fúngicas, proponiendo una vía innovadora que podría replicarse frente a otros patógenos difíciles de controlar.
La edición genética se perfila así como una herramienta de valor estratégico en un contexto global marcado por el cambio climático, la internacionalización del comercio agrícola y la necesidad de proteger cultivos clave para la seguridad alimentaria.




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