La ciudad de Belén, en Brasil, acoge estos días la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, la principal cita internacional en la que se abordan las respuestas globales al cambio climático. En esta edición, una parte importante del debate se centra en la agricultura y la ganadería familiar, un modelo que produce más del 80% de los alimentos y gestiona en torno al 80% de la tierra a nivel mundial, con proporciones similares en España.

UPA defiende el papel de la agricultura familiar frente a la crisis climática
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), que representa este modelo de producción en España, ha reivindicado en este contexto la capacidad de la agricultura familiar para hacer frente al calentamiento global. La organización recuerda que este tipo de explotaciones mantiene elementos clave que actúan como sumideros de carbono, como suelos agrícolas, pastos, setos o cultivos en terrazas.
UPA reclama una redistribución de los presupuestos públicos para ayudar a las explotaciones a afrontar la emergencia climática, argumentando que su aportación es imprescindible tanto en la adaptación como en la mitigación del calentamiento del planeta. La organización considera prioritario reformar el sistema nacional de seguros agrarios para que incorpore de forma explícita los riesgos derivados del cambio climático y plantea, a escala europea, la creación de un fondo de emergencia específico para daños asociados a fenómenos meteorológicos extremos.
En el plano interno, UPA insiste en la necesidad de aprobar una Ley de Agricultura Familiar que reconozca el papel de este modelo productivo, también en relación con los retos climáticos.
Expectativas ante la COP30 y demanda de mayor protagonismo del sector
La organización agraria ha expresado su apoyo al proceso de negociación de la ONU en materia climática y sostiene que solo a través de estas cumbres multilaterales es posible abordar retos de alcance global. Al mismo tiempo, advierte de la frustración generada por los resultados de anteriores conferencias y reclama que los acuerdos que se adopten incorporen objetivos realistas y vinculantes.
UPA considera que el objetivo fijado en la Cumbre de París de limitar el calentamiento a 1,5 ºC se percibe cada vez más lejano y sitúa el escenario actual en una trayectoria de entre 2,3 y 2,5 ºC de aumento de temperatura media. Tras dos años, 2023 y 2024, marcados por récords de temperatura que en España se tradujeron en niveles sin precedentes de siniestralidad agraria, la organización reclama que la voz de agricultores y ganaderos tenga más peso en las negociaciones climáticas y advierte de que no es posible una adaptación real ni una mitigación efectiva sin contar con la agricultura familiar.
Llamamiento a abandonar el negacionismo climático
UPA vincula directamente episodios como la DANA del año pasado o los grandes incendios del último verano con un escenario de calentamiento global que, en su opinión, constituye una de las principales amenazas para el mundo rural y el sector primario. La organización sostiene que no es momento de negacionismo climático ni de retrasar decisiones ambiciosas para mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático y considera que minimizar el problema supone dar la espalda a los retos del sector agrario.





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