La siembra de cultivos en Brasil entra en su etapa final. El inicio de campaña, en términos generales, ha sido satisfactorio, aunque con contrastes importantes entre regiones, según muestran los últimos análisis elaborados a partir del índice de salud vegetativa en Brasil y las imágenes de satélite de NOAA.
En el interior del sur del país los trabajos de campo fueron muy intensos al comienzo de la temporada. Soja, maíz temprano, frijoles y arroz se implantaron incluso algo antes de lo habitual en algunas zonas. Por el contrario, las áreas productoras del norte de Brasil han tenido que lidiar con lluvias irregulares, lo que ha retrasado el establecimiento de parte de los cultivos, por lo que el arranque de las siembras ha sido más lento.
Cómo se elabora el índice de salud vegetativa
Las imágenes de satélite han captado ese inicio más pausado en el desarrollo de los cultivos a través del Índice de Salud Vegetativa (VHI, por sus siglas en inglés), una herramienta que permite valorar si la masa foliar de una zona agrícola se sitúa en niveles normales o por debajo o por encima de la media histórica. El índice de salud vegetativa en Brasil se obtiene a partir de imágenes infrarrojas centradas en el color verde: los sensores satelitales registran el estado de la superficie cultivada, se aplica un índice de verdor y se colorea el mapa según el nivel de vigor de la vegetación.
Posteriormente, esta información se compara con un amplio historial de imágenes tomadas en la misma fecha en años anteriores. De este modo se generan mapas como el que compara el 11 de noviembre de 2025 con el 10 de noviembre de 2024, en los que una escala de colores del verde al rojo indica si el desarrollo del cultivo es normal o está por debajo de lo esperado. Se trata de una herramienta especialmente útil en regiones donde no se dispone de información directa de agricultores o analistas sobre el terreno.

Menos verdor en el centro y noreste, pero con margen de recuperación
Los mapas recientes del Índice de Salud Vegetal muestran que el verdor en Brasil a mediados de noviembre se sitúa por debajo del promedio histórico, algo que se aprecia en las áreas coloreadas entre amarillo, naranja y rojo. Cuanto más intenso es el tono rojizo, mayor es la probabilidad de que el desarrollo de la masa foliar sea inferior al normal o de que se esté produciendo algún fenómeno que reduzca el tamaño o la densidad del dosel vegetal respecto a otros años en la misma fecha.
En el caso brasileño, las imágenes sugieren que las condiciones de los cultivos son menos favorables que hace un año en una franja que abarca desde Goiás y partes de Minas Gerais hasta el sur de Maranhão, Piauí y zonas de Bahía. Si se analizan de forma aislada los mapas de verdor y los porcentajes de precipitación normal, podría llegar a pensarse que existe un problema severo que amenaza la producción. No obstante, es necesario tener en cuenta el ritmo más lento de siembra y las lluvias irregulares registradas en las últimas semanas.
Un inicio pausado de la campaña, unido a precipitaciones escasas o mal distribuidas, tiende a traducirse en plantas más bajas al comienzo del ciclo y en una menor cobertura foliar. Ello no implica necesariamente que el cultivo esté gravemente estresado ni que no pueda recuperar un desarrollo normal. En este contexto, las imágenes satelitales reflejan correctamente un menor verdor, pero asociado en gran medida a un retraso fenológico. Brasil se sitúa así por debajo de la media de verdor para esta época del año, sin que ello suponga por ahora un diagnóstico definitivo de daño productivo.




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