El pasado lunes 22 de diciembre, la Generalitat de Cataluña presentó el Plan de Bioseguridad 360º, una nueva estrategia para reforzar la sanidad animal, proteger la salud pública y apuntalar la competitividad y la viabilidad económica del sector porcino catalán, según ha informado la Conselleria de Agricultura.
Una estrategia estructural desde 2026

El plan fija las bases de las actuaciones que se desplegarán a partir de 2026 y plantea un cambio de enfoque: la bioseguridad deja de entenderse como el cumplimiento puntual de requisitos y pasa a considerarse un elemento estructural y permanente en el funcionamiento de las explotaciones. En la presentación, el conseller de Agricultura de la Generalitat defendió que “la bioseguridad es hoy una cuestión estratégica de país” y que el objetivo es anticiparse a riesgos para reforzar un sector clave.
El peso del porcino en Cataluña es uno de los argumentos centrales del plan. La comunidad concentra cerca del 40% de la producción del Estado, cuenta con más de 5.800 explotaciones y un censo superior a 7,9 M de animales. Según la Generalitat, este volumen hace necesario un sistema de bioseguridad robusto que reduzca el riesgo de entrada y difusión de enfermedades, limite el uso de antibióticos, refuerce la lucha contra la resistencia antimicrobiana y preserve el acceso a los mercados internacionales.
Doce líneas de trabajo para una bioseguridad 360º
- El plan se concreta en 12 líneas orientadas a una visión integral de la bioseguridad, con evaluación del riesgo y análisis de factores internos y externos a las explotaciones porcinas:
- Intensificación de las medidas de bioseguridad en el transporte de animales, con especial atención a la formación de transportistas y al funcionamiento de los centros de limpieza y desinfección.
- Implantación de un sistema de análisis del riesgo y monitorización de las explotaciones, con evaluación continua de factores internos y externos como proximidad a vías de comunicación, presión de fauna o gestión de mortalidades.
- Creación de una comisión técnica y operativa con participación de Servicios Territoriales, el Servicio de Sanidad Animal, las Agrupaciones de Defensa Sanitaria (ADS) y representantes del sector, con reuniones mensuales de seguimiento y coordinación.
- Constitución de una mesa de trabajo entre administraciones competentes para garantizar acciones de bioseguridad, mejorar coordinación institucional y agilizar trámites relacionados con explotaciones porcinas.
- Designación de un responsable de bioseguridad en cada Servicio Territorial como referente técnico para consultas, asesoramiento y resolución de discrepancias.
- Revisión de la encuesta y del acta de bioseguridad, ajustando redactados, puntuaciones y ponderaciones, y reforzando su papel como herramienta técnica de mejora continua.
- Garantía de que los autoconsumos cumplan las medidas de bioseguridad, con la posibilidad de limitar su continuidad en caso de incumplimiento.
- Participación activa de las empresas integradoras, por su papel en el mantenimiento de la máxima bioseguridad en las explotaciones integradas.
- Elaboración de un informe de vigilancia activa sobre otros sistemas de bioseguridad aplicados en países de la Unión Europea (UE) y a nivel internacional, para incorporar buenas prácticas contrastadas.
- Despliegue de un plan de comunicación dirigido a la sociedad y al sector para explicar la importancia de la bioseguridad y las consecuencias de su incumplimiento.
- Impulso de un programa de formación continua con píldoras breves y digitales (vídeos, infografías animadas y otros formatos) para titulares y trabajadores de explotaciones porcinas.
- Refuerzo de la colaboración público-privada a lo largo de la cadena, desde el productor hasta la comercialización y el consumidor final.




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