La organización agraria madrileña (UGAMA) denuncia nuevamente que la proliferación incontrolada de conejos silvestres asociada a carreteras y líneas ferroviarias está provocando graves daños económicos en el campo madrileño, hasta el punto de hacer inviable la actividad agraria en numerosas explotaciones.
La Comunidad de Madrid cuenta con una extensa red de infraestructuras de transporte, con más de 2.500 kilómetros de carreteras autonómicas y cerca de 400 kilómetros de líneas ferroviarias de Cercanías, a lo que se suman las vías de titularidad estatal. Los taludes, cunetas, terraplenes y cerramientos de estas infraestructuras se han convertido en hábitats artificiales idóneos para el conejo silvestre, favoreciendo su reproducción y expansión hacia los campos de cultivo colindantes.
Desde estos puntos, los conejos acceden fácilmente a las parcelas agrícolas, donde devoran las siembras nada más comenzar a brotar, provocando pérdidas reiteradas campaña tras campaña. Según estimaciones de organizaciones agrarias, los daños causados por el conejo silvestre en la Comunidad de Madrid suponen pérdidas de varios millones de euros anuales, afectando especialmente a cultivos de cereal, leguminosas y forrajes. En muchas explotaciones, los agricultores denuncian pérdidas de entre el 30 % y el 100 % de la producción, lo que en algunos casos ha llevado directamente a dejar de sembrar determinadas parcelas ante la certeza de que la cosecha será destruida.
Las afecciones son especialmente graves en municipios del sur y suroeste de la región, como Getafe, San Martin de la Vega, Parla, Griñón y Fuenlabrada, así como en zonas agrícolas del norte de la Comunidad de Madrid, como Algete, donde los daños se repiten año tras año. El problema también se extiende a entornos periurbanos de Madrid capital, donde las administraciones han tenido que intervenir con capturas masivas; solo en 2020 se retiraron más de 8.500 conejos, lo que evidencia la magnitud del fenómeno en áreas altamente urbanizadas.
UGAMA reclama la puesta en marcha inmediata de planes eficaces de control poblacional del conejo silvestre, basados en criterios técnicos y con dotación presupuestaria suficiente, así como la instalación urgente de mallas cinegéticas, cerramientos adecuados y medidas de mantenimiento en carreteras y líneas ferroviarias. La organización exige además que las administraciones competentes asuman su responsabilidad en los daños causados por una deficiente gestión de estas infraestructuras y que se articulen mecanismos de compensación económica para los agricultores afectados, evitando que el sector agrario siga soportando en solitario las consecuencias de una inacción prolongada.
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