El Departamento de Acción Climática de Cataluña destina este año más de 83.000 € a las acciones de agrupamiento de rebaños, en el marco del Programa de prevención de daños causados por el oso pardo y de apoyo a la ganadería y a la apicultura. El objetivo de este Programa es posibilitar la coexistencia entre la ganadería extensiva de montaña y el hueso pardo y reducir sus interacciones.
La estrategia de agrupamiento de diferentes rebaños de explotaciones locales (no trashumantes) en una sola manada durante los meses en que el ganado está en la montaña, de junio a octubre, permite concentrar esfuerzos de infraestructuras y vigilancia y proteger a los animales las 24 horas del día, los 7 dias de la semana. Estos días están empezando las labores de grupo y se prevé que se beneficien de esta medida unos 2.700 animales, principalmente ovejas y cabras.
En total, se realizan tres agrupamientos: uno en Isil, otro en Estaron Tavascan y un tercero en Boldis Àreu. Cada agrupación cuenta con el servicio de vigilancia de un pastor y ayudante, contratados por el Departamento. Asimismo, durante la noche, los rebaños se instalan en zonas electrificadas, que también proporciona el Departamento.
Los agrupamientos de rebaños se realizan dentro de las zonas llamadas zona con presencia permanente del oso pardo (ZPP), donde existe mayor probabilidad de que existan daños. Sin embargo, también se aplican medidas complementarias en las consideradas zona de presencia en expansión (ZPE) y zona de presencia ocasional (ZPO). Estas zonas se delimitan a partir de las localizaciones de oso pardo detectadas mediante la presencia de indicios durante los últimos tres años de seguimiento.
En las zonas de presencia en expansión, se promueven acciones de autoprotección de los rebaños que aplican los propios ganaderos. Las explotaciones que se acogen realizan una vigilancia mínima de 6 horas por jornada y recogen el rebaño durante la noche con pastores eléctricos y perros de protección, en algunos casos. Este año, se acogerán a esta medida unos 5.000 animales que se concentran en aprovechamientos en el Pallars Sobirà y la Alta Ribagorça. El Departamento compensa económicamente todas estas actuaciones y destina unos 21.000 euros.
Por último, en la llamada zona de presencia ocasional (ZPO), es decir, donde la presencia del hueso es puntual y no repetida a lo largo de los años, se cede a las explotaciones que realizan aprovechamientos en estas zonas material de prevención. En concreto, esta línea consiste en actuaciones de apoyo mediante la cesión de mallas electrificadas y chiquillos eléctricos a las explotaciones que cumplan el requisito de recoger el ganado durante la noche. Este año, se han acogido a estas medidas 8 rebaños que suponen 13.500 cabezas de ganado.
A los ganaderos que no se acojan a las medidas de vigilancia propuestas, también se les ofrece la cesión temporal de collares geolocalizadores para facilitar el manejo del ganado y poder detectar posibles incidencias.
También se ofrece apoyo a los titulares de explotaciones de ganadería bovina y equina situadas dentro de la zona con presencia permanente del hueso pardo (ZPP), y este año, por primera vez, en la zona de presencia en expansión (ZPE). Este soporte es en forma de servicio de “caminador-vaquero” o equipamientos y material de apoyo a la gestión ganadera en alta montaña como cerrados, apriscos ganaderos o collares geolocalizadores del ganado e instalación de antenas.
Programa de prevención de daños en la apicultura
Las medidas de prevención de daños se aplicarán a los asentamientos apícolas que se ubiquen en las ZPP y ZPE. En ambos casos, el Departamento cede a las explotaciones que quieran acogerse material de protección, básicamente cerrados y equipos (baile eléctrico, baterías y placas solares).
Este año, se han acogido en el programa alrededor de 55 asentamientos de unos 18 propietarios.
Muy buena idea. Eso se hacía en el norte de León hace años. Se llaman ‘becera’. Se turnaba para cuidar el rebaño, una persona de cada casa