La Conferencia Sectorial de Agricultura, foro de coordinación entre Ministerio y Comunidades Autónomas, celebrada el pasado 11 de diciembre fue el escenario donde el MAPA (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) dio a conocer el reparto de fondos de Desarrollo Rural para el Estado.
Este encuentro entre las diferentes administraciones no hizo más que ratificar la tan anunciada bajada de fondos europeos que si bien se temía llegase hasta el 35%, la realidad supera la teoría y las peores previsiones se han superado llegándose a un descenso del 38,6% en los fondos europeos de Desarrollo Rural que percibirá Euskadi.
Por tanto, frente a los 121 millones de euros del anterior PDRS para el periodo 2000-2006 nos encontramos con un presupuesto en torno a los 78 millones de euros conllevará un fuerte incremento en los fondos propios de las administraciones vascas, si es que, tal y como se viene afirmando públicamente, desde las administraciones vascas se adquiere el compromiso político de compensar la bajada europea.
Si tenemos en cuenta el reparto propuesto del MAPA comprobamos rápidamente que la ministra Elena Espinosa ha vuelto a utilizar un tema sectorial para su política partidista favoreciendo descaradamente a las autonomías tradicionalmente socialistas como Andalucia, Extremadura y Castilla-La Mancha mientras otras comunidades como la nuestra son fuertemente castigadas.
La trampa de la convergencia
La Ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa informó sobre el reparto de fondos de Desarrollo Rural para el periodo 2007 – 2013, cuya asignación total para los países comunitarios asciende a 69.750 millones de euros, correspondiendo a España la cantidad de 7.213 millones de euros para ayuda a través de FEADER, de los cuales 3.178,13 euros deberán destinarse a las regiones que, a efectos del desarrollo rural se consideran de convergencia, tanto para las de convergencia pura como es el caso de Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Galicia, como para las de efecto estadístico como son Asturias y Murcia.
Estas cantidades se complementarán con 3.036 milones de €, 2.373,78 millones aportados por la Administración General del Estado, que representan una contribución similar a la del periodo 2000 – 2006, a la que se unirá una aportación extraordinaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de 773, 73 millones de euros adicionales que compensarán la disminución de fondos de a Unión Europea, de forma que las Comunidades Autónomas de convergencia pura, sumando los fondos de la Unión Europea y la aportación de la Administración General del Estado superen el 95 por ciento de los fondos del periodo anterior, las regiones de efecto estadístico alcancen el 90 por ciento, las que salen de convergencia el 65 por ciento y las que ya estaban fuera el 60 por ciento.
El MAPA ha optado por superar ampliamente el 40% del FEADER que la UE fija como mínimo para las regiones de convergencia y efectúa una sutil “ingeniería estadística” para introducir nuevamente esas mismas regiones de convergencia en el 60% restante y llegar así hasta alcanzar que éstas 4 regiones acaparen más del 60% del FEADER.
Euskadi debe rascarse el bolsillo
En el caso de Euskadi y Nafarroa los fondos europeos son única y exclusivamente complementados por las administraciones propias y en nuestro caso, son el Gobierno vasco y las diputaciones forales quienes tendrán que complementar la rebaja de fondos europeos de sus propias haciendas.
En el caso de la Comunidad de Euskadi, los fondos europeos para el periodo 2000-2006 han sido de 127 millones de euros por lo que, teniendo en cuenta que para este periodo, los fondos europeos asignados a Euskadi son solo de 78 millones de euros, no hace falta ser muy lince para comprobar que si la capacidad de gasto público se quiere mantener como hasta ahora, es necesario que las administraciones vascas aporten unos 170 millones de euros, es decir, apróximadamente unos 50 millones de euros más que en el periodo anterior.
Desde ENBA hacemos un nuevo llamamiento al conjunto de administraciones y partidos políticos vascos, a los que gobiernan y a los que ejercen la oposición, para que entre todos hagamos realidad el compromiso político de mantener la capacidad inversora de nuestros baserritarras y de la sociedad rural vasca en su conjunto.
Este compromiso de mantener el gasto público del periodo 2000-2006 para el periodo 2007-2013 debe traducirse en unos mayores fondos presupuestarios para estas partidas y si bien el PDRS nuevo entrará con el año 2007 ya adelantado, no es menos verdad, que los compromisos deben tener su asignación plurianual distribuida entre los 7 años que abarca el periodo 2007-2013.
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