En 2023, en Palencia hubo una media de 25 ataques del lobo mensuales frente a los 6 que se registraron en 2019 (y apenas 3,5 ataques/mes en 2020). Es decir, la cifra de ataques de esta especie ya se ha multiplicado, al menos, por cuatro desde que el Ministerio de Transición Ecológica prohibiera su caza en esta provincia. Solo en 2023 se contabilizaron 304 ataques y 343 muertes, más que el total del trienio 2020-2022, que sumaron 295 ataques y 312 muertes. El lobo atacó 92 veces al ganado equino en 2023, segmento sólo superado por los ataques al vacuno, nada menos que 150, casi tres ataques a la semana.

En León, en 2023 se produjeron 331 ataques y 463 cabezas siniestradas frente a los 177 ataques y 264 animales muertos en 2019. Los ataques se han incrementado en un 87% en 4 años. En proporción a los censos, la especie más atacada fue el equino.

En Burgos, en 2023 se registraron 240 ataques de lobo frente a los 97 en todo el trienio 2019-2021. Cerca de setecientas cabezas dañadas, fundamentalmente de ganado ovino.

En total, en estas tres provincias en 2023 se produjeron 875 ataques, lo que supone 16,8 ataques a la semana.

En el conjunto de Castilla y León, los datos también son elocuentes. En 2023 se superaron los 3.500 ataques (en concreto, 3.558, lo que supone un aumento del 16 % con respecto al año anterior y del 33 % con respecto a 2021). Igualmente, en dicho año, el número de cabezas afectadas creció un 9% con respecto a las de 2022, pero ya son el 30% más que en 2021. A nivel regional, los ataques y los daños han crecido un tercio con respecto a los existentes antes de la prohibición, aun cuando en parte del territorio no ha variado el régimen, porque ya estaba prohibida la caza al sur del Duero.

No conviene perder de vista que otros muchos casos que se producen no se comunican, bien porque no aparece el animal, bien por el propio hartazgo del ganadero, desanimado a denunciar al ponerse en duda que la causa del ataque sea del lobo.

ASAJA-Palencia reitera, una vez más, su reclamación al Gobierno de España para que el lobo deje de ser una especie de protección especial al norte del Duero, porque está muy lejos de extinguirse.