El incendio en el  Panhandle de Texas (EEUU) se inició el pasado 26 de febrero en el condado de Hutchinson y rápidamente se convirtió en el incendio forestal más grande en la historia del estado y entre los más grandes en la historia de Estados Unidos. Al final fueron un grupo de incendios forestales que arrasaron varios condados y destruyeron cientos de hogares. Murieron, al menos, dos personas.

Durante casi tres semanas ardieron 3,1 millones de hectáreas. Murieron unas 7.000 cabezas de ganado, aunque no se descarta que la cifra final pueda llegar a 10.000, ya que muchos ganaderos pueden optar por sacrificar animales que han sobrevivido pero que han sufrido grandes daños por quemaduras en pezuñas y ubres quemadas, además de poder sufrir problemas respiratorios.

Además hay que tener en cuenta, que una elevada superficie de pastos se ha quemado y tardará, al menos dos años, en volver a ser productivos, por lo que muchos ganaderos no disponen de medios para alimentar a los animales que han sobrevivido y puede que muchos se deshagan del ganado.

Los investigadores estatales concluyeron que los incendios fueron provocados por líneas eléctricas, si bien la compañía eléctrica lo niega.